Tras la intensa subida registrada por el desempleo castellonense en febrero que, con un alza del 5%, duplica el promedio nacional, según los datos conocidos hace apenas dos días, Castellón tiene ya más de un parado por cada tres asalariados dados de alta en la Seguridad Social.

Entre estos últimos, los que están trabajando, los efectos de la crisis y de la reforma laboral que ya está en vigor, pero cuya tramitación continúa a partir de mañana en el Congreso, se dejan notar cada vez más, de modo que convenios que afectan a más de 42.000 empleados se encuentran en una situación de bloqueo, según las estimaciones de los responsables de UGT y CCOO.

Los sindicatos, que alertan desde hace meses de la ralentización en la negociación colectiva provincial, un fenómeno que se produce también en la Comunitat y del Estado, temen que, finalmente, queden sin efecto los pactos suscritos en el 2011 con la patronal estatal CEOE, cuyo presidente ha pedido esta semana que la reforma no se modifique en su paso por el parlamento, y ya este año con la autonómica Cierval, queden en la práctica sin efecto.

conflictividad // En este sentido, al mismo tiempo que desde Madrid se anuncia una posible huelga general para el 29 de marzo, precisamente contra las nuevas reglas del juego legales para las relaciones laborales, que también se convocaría aquí, en Castellón los representantes de los trabajadores advierten que, sin coherencia con el contenido de los mencionados acuerdos, la conflictividad está servida.

En cuanto a los convenios castellonenses que viven un momento de impás en la negociación para su revisión, suman al menos nueve de los más importantes por volumen de trabajadores --recogidos en esta misma página- y, según el secretario general de UGT en Castellón, Tino Calero, la situación es tal que “no hay ningún convenio que esté negociándose en estos momentos de forma fluida en la provincia”.

Calero añade que “hay una relajación muy importante por parte de la patronal que está relacionada con la situación de crisis, sobre todo, por la intención de los empresarios de algunos sectores de congelar los salarios y, ahora, con la reforma laboral, la impresión es que hay todavía menos interés en avanzar”.

El responsable de UGT indica que “nos parece un error, porque esta actitud puede llevar a incrementar la conflictvidad en determinadas actividades”, al tiempo que alerta de que se puede llegar a la desregularización de las relaciones laborales, “algo que también perjudica a las empresas porque generaría competencia desleal”. Por su parte, la responsable de CCOO en Castellón, Encarna Barragán, confirma la parálisis de las negociaciones tras la entrada en vigor de la reforma, asegura que “vamos a pelear en todos los convenios para mantener los derechos de los trabajadores”, con el “objetivo prioritario de que primen los acuerdos sectoriales frente a los de empresa”, e “impedir una desregularización de las relaciones laborales”.

Barragán afirma que “si los empresarios se sitúan en posiciones maximalistas, forzando laudos y rebajando la negociación colectiva, nuestras posturas también se radicalizarán y entraremos en una dinámica de conflictividad laboral que será importante”. H