Solo queda una alumna en 5º de Primaria en Sorita y, sin alumnos de nuevo ingreso, el cierre del aulario parece definitivo. Lo dice el borrador del mapa de aulas presentado por la Conselleria de Educación, pero lo sufre la comarca. Mari Carmen Soler, directora del colegio rural agrupado (CRA) Els Ports, que suma aularios en Forcall, la Mata, Olocau y Sorita, afirma que «significa una gran pérdida, pero no solo para los estudiantes y sus familias, sino por todo lo que conlleva». Y explica que «el curso que viene, la única alumna que queda en el pueblo deberá desplazarse hasta el aulario de Forcall, mientras que los que salen irán al IES de Morella». «El cierre es un problema añadido a los muchos a los que nos enfrentamos en la comarca», dice.

La desaparición del colegio de Sorita y la supresión de aulas en los CRA en Els Ports evidencian el grave problema de la despoblación que acecha al interior. En la comarca, la Primaria se articula entre el colegio Virgen de Vallivana en Morella, el Blasco de Alagón en Vilafranca y dos CRA, el Celumbres, que agrupa los aularios de Cinctorres, Castellfort y Portell; y el de Els Ports. Pero con la pérdida de alumnado llega el cierre de aulas y, en casos extremos, como el de Sorita, comporta el cierre definitivo del colegio.

El CRA Celumbres se mantendrá, pero las perspectivas de futuro tampoco son buenas. Según el mapa de aulas para el 2017/18, pierde una de las dos unidades de Portell, que quedará latente durante un año, pero si transcurrido este tiempo no se encuentra solución, quedará suprimida definitivamente.

Montse Sorribes es su directora, y apunta que aguantarán «el resto de las aulas», pero irán «perdiendo alumnos». El problema «trasciende a los centros». «Cuando muere una escuela empieza a morir el pueblo, y nosotros podemos vernos en la situación de Sorita en unos años». «Nos gustaría encontrar una solución, ya no solo por el colegio, sino por el futuro de los pueblos. Las administraciones han de ser consecuentes con este problema», apunta.

Los alcaldes siguen de cerca la situación y son conscientes de las consecuencias de la supresión de aulas o el cierre del colegio si no se encuentra solución.

Un problema nada nuevo

El problema no es del todo nuevo para el edil de Cinctorres. Según el primer munícipe, Antonio Ripollés, cuando accedió a la alcaldía, hace ahora 14 años, el colegio estaba en una situación similar. «Entonces pudimos traer a una familia de fuera porque había posibilidad de trabajo y se pudieron asentar; ahora la situación en diferente, con escasez de trabajo y familias del pueblo en paro, no tenemos la capacidad de recurrir a esa solución porque crearíamos otros problemas».