Una tasa de paro desproporcionada, contratos temporales, a menudo cuya duración no excede de la semana, salarios raquíticos... es el panorama al que se enfrentan cada día cientos y cientos de jóvenes de Castellón. Ahora están en el punto de mira de todas las administraciones. El Gobierno, el Consell e incluso la Diputación han anunciado medidas de impulso a la contratación juvenil y hasta la puesta en marcha de oficinas que ayuden a los menores de 30 años a buscar un empleo o a abrir su propio negocio. El último en hacerlo ha sido el Ejecutivo de Mariano Rajoy, que acaba de sacar un plan cuyo objetivo es frenar el incremento la tasa de paro juvenil, que se ha desbocado en los últimos años hasta alcanzar cifras récord.

En Castellón el problema (además de un incremento en el número de parados) son las condiciones con las que trabajan. Ser joven es sinónimo de un salario bajo. Siempre lo ha sido, pero las diferencias han ido en aumento en los últimos años. Y quien lo dice es el propio Ministerio de Hacienda. En 2011 el sueldo medio de los 25.014 asalariados de la provincia de entre 18 y 25 años era tan solo de 6.768 euros anuales. En 2007 la cantidad ascendía a 9.543, es decir, un 30% más. Y con los jóvenes de entre 26 y 35 años pasa exactamente lo mismo. En cuatro años han pasado de percibir una media de 16.566 euros a los 14.841 de ahora.

Para Javier Ares, presidente del Consell de la Joventut de Castellón, la clave está en desarrollar políticas que fomenten el emprendedurismo. “Somos la generación más preparada de la historia por eso urgen medidas que nos ayuden a emprender, a que no se pierde al talento y el conocimiento”, defiende.

LO DEL PISO, NI PENSARLO // La última Encuesta de Población Activa (EPA) revela que 23.300 jóvenes de entre 16 y 29 años de Castellón buscan empleo y no lo encuentran. Son casi tantas personas como las que viven en Onda o Almassora. La crisis se ha cebado con ellos hasta el punto de que un altísimo porcentaje de los parados de la provincia (casi el 38%) tiene menos de 35 años. La tasa de paro juvenil se sitúa en Castellón en el 45,46%, 18 puntos más que la tasa provincial.

Ante este panorama, el sueño del piso se ha convertido en pesadilla. Más de la mitad de los menores de 35 años (55%) aún no se ha emancipado. La tasa aumenta de forma lenta pero implacable desde 2009 y uno de cada cuatro integrantes del grupo de los más mayores (de 30 a 34 años) aún vive con sus progenitores. Y otro dato más: en el último año se calcula que unos 5.000 jóvenes de Castellón han vuelto a vivir con sus padres, porque se han quedado sin trabajo o porque el sueldo que ahora perciben no les alcanza para pagar los gastos.

Pero los jóvenes no se rinden. Muchos han decidido volver a estudiar o han iniciado el camino hacia el emprendedurismo. Pero ahí se topan con lo de siempre: una excesiva burocracia y el cierre del grifo del crédito. H