Finales del 2007. Llegó la crisis económica mundial. En España explotó la burbuja inmobiliaria y con ella empezaron los ERE y el cierre de empresas. Luego llegaron los recortes en educación y el empleo precario. Entonces empezó un éxodo de jóvenes, en su mayoría con titulaciones superiores, que, en vistas de las pocas expectativas laborales, pusieron rumbo al extranjero para trabajar de lo que fuera. En Castellón, el fenómeno nunca fue masivo, pero unos 5.000 jóvenes dejaron la provincia entre el 2010 y el 2015, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Eran los nuevos emigrantes: Ingenieros, profesores, enfermeras o maestras que se fueron a Londres, París o Bruselas a trabajar. Hoy muchos de ellos han regresado o lo van a hacer en los próximos meses. Es el fenómeno a la inversa.

Toni Gozalbo es un ejemplo de talento que ha vuelto a casa. Este vila-realense de 30 años y licenciado en Filosofía se marchó al extranjero en el 2011. «Mi primera parada fue la ciudad francesa de Reims. Conseguí una beca y estuve seis meses dando clases de español», recuerda. Después saltó a París donde durante tres meses trabajó como camarero. «De allí me fui a México y encontré trabajo como profesor de Filosofía en la Universidad de la Comunicación», explica. De Ciudad de México viajó a Ohio (Estados Unidos) y de allí otra vez a Ciudad de México, donde volvió a ganarse la vida dando clases e impartiendo ponencias sobre sanidad. Pero hace un año decidió ponerle punto y final a su periplo por el mundo y regresar a Vila-real. Ahora trabaja en Castellón. «He estado cinco años fuera y no me arrepiento porque lo necesitaba. Opté por volver por una cuestión de identidad. Aquí está mi familia, mi cultura y mi futuro», añade.

Al igual que ha hecho Toni, cada vez más españoles que huyeron del país europeo con mayor tasa de desempleo juvenil preparan las maletas de vuelta. De hecho, muchos lo han hecho ya y el retorno de emigrantes es cada vez más abultado. Solo el año pasado, 393 españoles residentes en el extranjero hicieron las maletas y volvieron a Castellón, un 34% más que un año antes, cuando fueron 293, según la última estadística del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, que revela también que la cifra de los retornados del 2016 es la más alta de los últimos siete años.

La vuelta a casa de los que se fueron por falta de oportunidades laborales no es un fenómeno exclusivo de Castellón. En España, el año pasado regresaron 56.145 españoles que vivían en el extranjero, un 21,5% más que en 2015. Y en la Comunitat Valenciana la tendencia es exactamente la misma: 5.285 retornados, 1.400 más que un año antes.

Aunque cada persona que vuelve a Castellón tras años de estancia en el extranjero lo hace por motivos diferentes, detrás del incremento del retorno está la recuperación económica. La tasa de paro, aunque aún está en niveles muy altos, ha descendido ocho puntos en los últimos cuatro años, y eso explica por qué cada vez son más los que emprenden el camino de regreso.

Pero, ¿de dónde proceden los españoles residentes en el extranjero que vuelven a Castellón? La mayoría (182) vivía en Europa, aunque también es significativa la cifra de ciudadanos que vuelven tras una estancia en Sudamérica. Otros 26 residían en Asia y, 18 en África, y 2 en Oceanía. A nivel nacional, un porcentaje importante de los españoles que regresan tenían como destino Venezuela, un país azotado por la crisis económica y política.

AYUDAS PARA ATRAER TALENTO //

Conscientes de los beneficios de este movimiento migratorio inverso, las administraciones van desplegando poco a poco una respuesta institucional. En la Comunitat Valenciana, por ejemplo, el Consell aprobó recientemente el plan GenT (Generació Talent) cuyo objetivo es facilitar el retorno y la contratación de investigadores en universidades, centros y empresas de la región. A este plan se destinarán este mismo año 19 millones de euros.

El programa del Gobierno valenciano cuenta con un presupuesto para el periodo 2017-2018 que asciende a 45,1 millones de euros y se centra en cuatro ejes: evitar la fuga de cerebros, fomentar su contratación, apoyar el talento de los jóvenes y reforzar su formación. El plan financiará el retorno de personal investigador con una trayectoria internacional contrastada; posibilitará la incorporación de capital humano cualificado al tejido productivo, con una apuesta por el emprendimiento, y ofrecerá una oportunidad laboral a las personas jóvenes cualificadas.