Hacer la compra es un ritual. Hay personas cuya rutina diaria se basa en una visita obligada a la panadería o la carnicería de confianza. Otras acuden cada semana al supermercado. También las hay que optan por una gran compra mensual. Y están las que llenan la nevera a golpe de clic. Entran en la web del super, seleccionan los productos y en unas horas ya tienen la compra. Hay familias para todo. Pero sea como sea, lo que está claro es que en los últimos años la cesta de la compra ha cambiado. Los consumidores ya no llevan en las bolsas del supermercado o de la tienda del barrio lo mismo que hace cinco años. Hay productos que se consumen menos y, otros en cambio, que han escalado varias posiciones, según se deduce del último anuario de la alimentación de la empresa pública Mercasa.

Se compre a diario, cada semana o cada quince días, lo que está claro es que comer hay que comer y la alimentación es una de las partidas a las que los familias de Castellón destinan más dinero. ¿Cuanto? 1.450 euros por persona y año. Hace siete años esa cantidad era de 1.353. Conclusión: con la crisis económica las familias de la provincia se han apretado el cinturón, han gastado menos en viajes y en la compra de ropa o electrodomésticos, pero no han recortado el gasto en alimentación, que continúa intocable, y ha crecido casi un 10%.

Se gasta más en alimentación pero el dinero se distribuye de otra manera. Con los años, las preferencias del consumidor han ido cambiando y, ahora, el 22,2% del presupuesto se destina a la compra de carne y embutidos, una partida que no ha hecho más que crecer. En las carnicerías del barrio o del supermercado cada consumidor de la provincia se deja 322 euros al año, 35 euros más que antes de la crisis. El consumo de carne sigue mandando (las estadísticas hablan de que cada castellonense ingiere 51,9 kilos de carne al año), mientras que el de pescado continúa prácticamente igual o con una ligera tendencia a la baja: 181 euros per cápita al año. Castellón es, además, una de las provincias del país donde menos pescado se consume, 24,2 kilos al año per cápita.

Hay otros alimentos que tienen menos peso en las preferencias de los consumidores de la provincia. Y entre ellos destaca el pan. Hoy supone el 5,8% del gasto total de una familia en alimentación, cuando hace seis años el porcentaje se acercaba al 7%. En consecuencia, el consumo de pan se queda en unos 33 kilos por persona y año.

La estadística del Mercasa revela que el consumo de platos preparados va al alza en Castellón (53,5 euros por persona y año), como también crece el gasto en agua mineral, frutos secos, café e infusiones. Donde no destaca la provincia es en la compra de aceite de oliva (porcentaje menor a la media nacional), leche y frutas frescas.