Su Majestad llegó al Grao pasadas las once y media de la mañana, tras aterrizar en el aeropuerto de Vilanova d’Alcolea, para fijar una fecha para la historia. En la de Castellón, por ser la primera vez que pisaba la provincia desde su nombramiento como rey; y en la de BP, como broche para los actos conmemorativos del 50º aniversario de la refinería, principal activo en España. Un fuerte dispositivo de seguridad blindaba los accesos y, a las puertas de las oficinas de la compañía, directivos de BP y autoridades recibieron al rey Felipe VI, que les correspondió con afectuosos saludos tras bajar del coche oficial.

Le esperaban la ministra de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina; el president de la Generalitat valenciana, Ximo Puig; el presidente de BP España, Luis Aires; el director ejecutivo de Downstream, Tufan Erginbilgic; el director de la refinería, José Luis García Galera; el embajador británico en España, Simon Manley; y la consellera de Agricultura, Elena Cebrián. Asimismo, también participaron de esta selecta comitiva de bienvenida la alcaldesa de Castellón, Amparo Marco; el presidente de la Diputación, Javier Moliner; y el delegado del Gobierno en la Comunitat, Juan Carlos Moragues.

HITOS

Acto seguido, acompañaron a Felipe al interior del edificio, donde pudo saludar a los trabajadores y conocer de primera mano los hitos más relevantes de la compañía a lo largo del medio siglo de historia, en el que la refinería se ha consolidado como una de las mejores del mundo.

En el recorrido, guiado por los ejecutivos de BP, el monarca visitó una exposición gráfica, con imágenes históricas cedidas para la ocasión, y escuchó los detalles de la trayectoria de la empresa, sus planes de futuro y el papel que viene desempeñando en España, con su compromiso y apuesta por el crecimiento.

Un autobús desplazó al séquito hasta la planta y la sala de control, centro neurálgico de operaciones, y donde Felipe sació su curiosidad sobre la complejidad tecnológica de las instalaciones, gracias a los empleados. Precisamente, tras la ruta, y con una plantilla muy expectante por la visita real, personal y autoridades inmortalizaron el momento, con una fotografía de familia.

Seguidamente, llegó el turno de las intervenciones en la carpa, donde aguardaban los más de 150 invitados del mundo económico, social y político de Castellón y la Comunitat. Recibido con aplausos, el Rey devolvió la sonrisa al auditorio que, seguidamente, escuchó las palabras del presidente de BP España, Luis Aires, y visualizó un vídeo corporativo.

Como colofón, Felipe tomó el escenario, donde tuvo el honor de descubrir la placa de la efemérides de BP, junto a los responsables de la firma y del embajador, a un lado; y al otro, flanqueado por el president, la ministra y la alcaldesa. Un grabado que recordará con su inscripción, para la posteridad, la bendición de la Casa Real. Antes de su partida, sobre las 14.00 horas, su Majestad quiso compartir un distendido ágape, en otra carpa, con el selecto grupo de personalidades.