Los turistas de los cámpings de Orpesa y Cabanes no vivieron ayer precisamente un día de sol y playa. Aunque venían a la provincia buscando el buen tiempo y el calor que ha marcado la tónica del último mes, las intensas lluvias descargaron con fuerza y les arruinaron los planes.

Las precipitaciones hicieron su aparición a las 10.00 horas y dejaron inundaciones importantes en los accesos, parcelas y oficinas. Los achiques, botas de agua y paraguas tomaron el cámping Kivu de Orpesa, en el que los turistas madrileños se lamentaban del agua, mirando al cielo. “Estamos un poco fastidiados por el clima. Venimos buscando playa y nos encontramos con esta tromba de agua”, explicaban algunas de las familias alojadas.

“La entrada queda anegada siempre que llueve, pero es por la mala construcción del camino. Estamos acostumbrados. Todo se llena de barro”, matizaban los trabajadores.

En el cámping Torre la Sal de Cabanes tampoco se libraron de las inundaciones. Más achiques y dificultades para circular en coche. Los más pequeños utilizaron sus colchonetas y flotadores para recorrer los caminos entre parcelas, poniendo un toque de diversión a la lluviosa jornada. H