La Romeria de les Canyes, acto central de las fiestas mayores de Castellón en el tercer domingo de Cuaresma, estrenará esta Magdalena 2017 su esperada declaración como bien de interés cultural (BIC), tras aprobar el decreto hoy el pleno del Consell. Una distinción que llega tras haber anunciado Compromís que su tramitación estuvo paralizada y olvidada en un cajón durante años con el gobierno municipal del PP.

El conseller de Educación, Cultura y Deporte, Vicent Marzà, ha declarado que la Romeria es «una manifestación colectiva de la identidad de Castellón», «un símbolo de cohesión social» y «de orgullo de pertenencia a la ciudad».

Además, ha querido destacar que este BIC «es una realidad gracias al trabajo efectivo entre administraciones, en este caso, a la labor conjunta llevada a cabo por la Conselleria y por el Ayuntamiento de Castellón».

El decreto recogerá la descripción del bien, de su protocolo de celebración y de los rituales que lo componen, entre los que destacan, el volteo de campanas, la despertà, la misa de romeros o misa de cañas, y la Romeria propiamente dicha, con el recorrido hasta la ermita de la Magdalena y el regreso de los romeros a la concatedral de Santa María.

Su gestión estará en manos del Ayuntamiento, que decidirá sobre los aspectos materiales, inmateriales y su celebración.

El BOE recogió ya el pasado 4 de enero la ampliación de toda la documentación que faltaba en el expediente para alcanzar el título, y que garantiza su protección como patrimonio cultural inmaterial. Un trámite administrativo que avalaba «la realización de labores de identificación, descripción, investigación, estudio y documentación con criterios científicos» de la anual peregrinación al Castell Vell de la Magdalena.

«Este es un paso más para el reconocimiento y la protección de una de nuestras señas de identidad en la que, además, participa de forma masiva toda la ciudadanía», señalaba entonces la concejala de Cultura, Verònica Ruiz.

La Romeria es un rito de afirmación identitaria y la conmemoración, al realizarse el recorrido hasta el lugar donde estaba ubicada la población antes de su traslado a la Plana en 1252.

Sus inicios se remontan a 1375, cuando surgió como procesión penitencial medieval, asociada a períodos de carestía, enfermedades o sequía. Pasó a ser anual a mediados del siglo XVI y siguió celebrándose, aunque con interrupciones. En 1750 se recuperó con un sentido cívico y conmemorativo del traslado de la población, hecho que se reafirmó en 1831 cuando el Ayuntamiento acordó la asistencia de la corporación a la Romeria.

LA ANÉCDOTA / Marzà celebra hoy su 34º cumpleaños y justo el 3 de marzo en que él nació fue un día de Romeria. Hoy coincidirá con su declaración como BIC. El conseller ha destacado que es «muy gratificante» para él, como conseller y como castellonense, «poder ver su materialización».