Indignación e impotencia. Los viajeros habituales de la línea de Cercanías València-Castellón llevan sufriendo ya una semana de anulaciones y retrasos en los trenes, casi a diario. Desde la vuelta de vacaciones de Semana Santa, al menos en cinco días ha habido incidencias y Renfe ha informado en tiempo real, sin apenas preaviso, de trenes que no circulan. Ayer fueron tres anulados (6.35, 7.45 y 11.20 horas) y uno de ellos, a primera hora de la mañana, que afectó, entre otros colectivos, a quienes se reincorporaban al trabajo o a clases universitarias en Valencia, tras la fiesta de Sant Vicente del lunes en la capital del Túria.

«NO SE PUEDE PREVER»

¿El motivo? Renfe incidió ayer en que se trata de «una baja temporal de maquinistas», que «no se puede prever» con antelación. Y, sobre el poco tiempo de preaviso, indicaron que «hasta la noche antes no se planifican los gráficos de rutas» a cubrir con el personal disponible; y se avisa «en tiempo real», redirigiendo al tren siguiente. Paralelamente, aunque subrayaron que no es este el motivo de afección de la C-6 València-Castellón, Renfe está inmersa en un plan de desvinculaciones voluntarias (que prevé jubilaciones no forzosas hasta diciembre del 2017 en global), pero al tiempo «se van formando a nuevos maquinistas que se van incorporando». Pero para la baja o bajas actuales que perjudican al servicio ferroviario de Castellón parece no haber personal de reserva disponible. ¿Hasta cuándo?

El delegado de la Unión de Consumidores de España (UCE) en Castellón, Juan Carlos Insa, alertó de que como «servicio público» Renfe no está cumpliendo. «¿Qué pasaría si vamos a Urgencias al médico y como está de baja y no lo han cubierto no nos atiende nadie? Lo que está ocurriendo es una dejadez total de Renfe y de la Administración. Una baja no es una causa de fuerza mayor, Renfe debe tener previsto cubrirla. No es un tornado».

Además, incidió Insa, «a Castellón se la está marginando y sigue así en los Presupuestos Generales del Estado. No hay línea de Cercanías al norte provincial, la del Palancia sufrirá dos meses el recorte de servicios; igual que la de València-Castellón, que lleva desde el inicio de obras del tercer carril con deficiencias».

VIAJAR CON GARANTÍAS

Para el portavoz de los consumidores castellonenses, «como en su día ya dijimos, parece que se quiere dejar caer el servicio de Cercanías. Se evidencia con la poca inversión que se destina. Parece que se quiera hundir un sistema de transporte que es fundamental y al final obligarán a que más usuarios usen el coche particular para desplazarse con garantías».

Uno de los colectivos que más utiliza el tren, los jóvenes, también reivindicó ayer con urgencia mejoras. El portavoz del Consell de l’Estudiantat de la UJI, Jorge Ribes, lamentó que «es un tema, el de anulaciones y retrasos de los trenes de Cercanías, con el que llevamos batallando todo el año. Y el anterior... Es sin duda uno de los asuntos que más preocupa al alumnado. Las quejas son constantes».

En opinión de Ribes, «el servicio que se presta actualmente es pésimo y hay que hacer algo ya. Llevamos años con la promesa de mejora y planteamos un manifiesto colaborativo, pero al final no se ha conseguido nada».

El representante de los universitarios castellonenses alertó además de que el próximo mes de mayo llega la época de exámenes, por lo que si continúan las deficiencias de los trenes, el perjuicio va a ser mayor. «En el 2016 tuvimos ya ese problema y hubo profesores comprensivos si un viajero del tren llegaba impuntual a la convocatoria del examen, pero esa no es solución», dijo.