El crecimiento de la población se ha detenido por primera vez en muchos años en la provincia de Castellón, con menos inmigrantes extranjeros y también con menos nuevos vecinos que llegan de otros puntos de España. La crisis ha hecho, por otra parte que, entre otros, los andaluces, el colectivo más numeroso de residentes provinciales haya descendido en 1.371 personas, hasta los 27.829, desde el año 2008.

Sin embargo, y en contra de lo que podría pensarse al valorar la situación de una comunidad como la catalana, que ocupa mejores posiciones que Castellón en los ránkings de calidad de vida o situación económica, más catalanes prefieren nuestra provincia para residir que antes de que comenzara el deterioro de la economía. Son 19.042 (184 más que hace cuatro años) y la mayoría (11.249) proceden, además, de Barcelona, el buque insignia de esta región vecina.

las razones // Con la premisa de que las razones de los cambios de residencia son, en general, muy diversas, tal y como explica la socióloga de la UJI, Mercedes Alcañiz, un ejemplo de catalán, nacido en Gavá (Barcelona), que acaba de empadronarse en Vila-real es el de Javier Martín. Este profesional del sector de los toldos y estructuras explica que “tenía trabajo fijo en Gavá, pero he venido por amor y vivo aquí desde septiembre del año pasado”.

Martín señala que, “de momento, estoy estudiando” y añade que, “no conocía la zona, pero estoy muy bien en Vila-real”.

Mercedes Alcañiz indica que, además del trabajo, “otros factores como el clima influyen también a la hora de decidir un cambio de residencia”. Por otra parte y en cuanto a las migraciones en sentido contrario, como la reducción en el número de andaluces, el presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad en Castellón, Francisco Nomdedeu, apunta que “vemos que muchas personas que habían llegado de otras zonas del país han puesto a la venta sus viviendas, o han dejado sus pisos de alquiler para regresar a sus lugares de origen, a menudo porque han perdido el puesto de trabajo que tenían”. H