El terremoto de mayor intensidad, 4,2 grados en la escala de Richter, registrado ayer el entorno del almacén subterráneo de gas natural del proyecto Castor, frente a la costa de Vinaròs, ha hecho saltar todas las alarmas. El aumento de estos y su intensidad ha llevado a la Generalitat valenciana a activar el plan de riesgo sísmico en Vinaròs, Benicarló y Peñíscola, dadas las sacudidas detectadas en diversas localidades de la provincia y de Tarragona.

El gobierno catalán, que también ha puesto en marcha este protocolo, anunció que se reserva acciones legales “ante posibles responsabilidades derivadas de los seísmos”, indicó el conseller de Presidencia y portavoz del Govern, Francesc Homs.

La empresa Escal UGS, gestora del Castor, informó en un comunicado que la planta está “en perfectas condiciones”, y cumple “escrupulosamente” el cese de actividad ordenado por el Ministerio de Industria el pasado 26 de septiembre hasta que tenga el resultado del estudio solicitado al Instituto Geográfico Nacional (IGN). Por su parte, el titular de esta cartera, el ministro José Manuel Soria, aseguró que tiene la “constancia” de que la firma cuenta “con todos los informes necesarios”, informó Efe. Matizó que el IGN “estudia la posibilidad de que haya una relación causa-efecto entre la inyección de gas colchón y los seísmos”.

El movimiento sísmico de mayor intensidad, de la veintena detectados ayer en la misma zona y que suman ya 377 desde el inicio de la crisis, no causó daños, confirmó el IGN, pero fue percibido por la población, ya alterada por los detectados el lunes, que alcanzaron una magnitud de 3,6 y 3,9.

NO GENERAR ALARMA // Según el comunicado de la Conselleria de Gobernación, la activación de seguimiento en “situación cero” supone mantener la comunicación constante con el Consorcio Provincial de Bomberos, Subdelegación del Gobierno, los ayuntamientos afectados, además de los servicios municipales, el CICU y la Policía autonómica. El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, manifestó que con este seguimiento pretenden, también, “que no se genere alarma social”, dado que “nos preocupa” el incremento de la actividad sísmica.

Asimismo, Fabra reclamó que todas las actuaciones que se hagan en la planta de gas sean “absolutamente controladas” y generen “tranquilidad” al ciudadano.

SEGURIDAD “GARANTIZADA” // La gestora del Castor hizo hincapié en su notificación que, “desde el primer momento, Escal ha comunicado la existencia de los microseísmos, y ha mantenido una política de transparencia total”. Añaden que todo el personal sigue en sus puestos de trabajo, “garantizando la seguridad y operabilidad de la planta”.

Los expertos ya han advertido de que la actividad sísmica detectada en el Golfo de Valencia es “anómala” y ”no concuerda con la natural”, según indicaron desde el Institut Geològic de Catalunya. El riesgo de nuevos terremotos en la zona “no desaparecerá hasta que el lecho marino recupere el equilibrio alterado”, casi con certeza, debido a la inyección de gas, manifestó a Mediterráneo Juan Rueda, jefe del Servicio de Detección Sísmica del IGN.

El experto en Riesgos Naturales Jonathan Cantero alertó de que estos temblores “pueden ser cada vez más fuertes, pero no obstante, desde Protección Civil de Catalunya descartan un gran terremoto en la zona.

Desde el Colegio Oficial de Geólogos, su presidente Luis Suárez, manifestó que “lo normal es que se relajen las tensiones de las fallas y disminuya la intensidad de los terremotos, aunque no hay datos objetivos para saber qué va a pasar a corto-medio plazo”.

Este experto reconoce que el aumento de las sismicidad “se debe a la inyección de gas” efectuada por la compañía, por ello la decisión del Ministerio de paralizar la actividad es “adecuada” y “todo apunta a que reducirá la magnitud de los seísmos”.

No obstante, la centralita del teléfono de emergencias 112 recibió más de 15 llamadas relacionadas con los micromovimientos telúricos que realizaron los vecinos tras sufrir las sacudidas. H