Más de 175 kilómetros por las carreteras de la provincia, el paso del pelotón ciclista por una docena de municipios, imágenes de Castellón ante los 300 millones de espectadores potenciales que siguen La Vuelta... Javier Moliner, presidente de la Diputación, estaba tremendamente satisfecho: «Es la guinda de esta apuesta por el deporte como mecanismo de atracción turística».

Este evento deportivo de primer nivel brinda a la provincia «la posibilidad de mostrar al mundo los paisajes de Castellón, una tierra dual, de montaña y de mar, que se muestra con todos los atributos que tiene», rubricó Moliner, después de vivir desde dentro una etapa que promocionó «la esencia de una provincia de mar y montaña que ha mostrado al mundo, desde la salida en Benicàssim, como un inmejorable litoral que se funde pronto con las montañas en el Desert, hasta ofrecer un marco incomparable en el que se entrelazan mar y montaña como es el de la ermita de Santa Llúcia, en Alcossebre».

En este sentido, el presidente provincial resaltó que «hoy [por ayer], al igual que lo será mañana [por hoy], es un día para salir a la calle, para disfrutar de este gran evento y mostrarle al mundo las innumerables bondades y atributos de nuestra tierra».

No en vano, la proyección turística, durante estas dos jornadas (la etapa de hoy parte de Vila-real y recorre otros 97 kilómetros por la provincia), es incalculable, debido al impacto mediático de una prueba que se sigue en 190 países del mundo y para la que hay acreditados 1.400 periodistas y fotógrafos de hasta 320 medios diferentes y 70 cadenas de televisión y emisoras de radio.