Adolescentes que insultan y dan golpes a sus padres, pero también jóvenes de 15 y 16 años que maltratan a sus parejas. La última memoria de la Fiscalía Provincial revela que en el último año nueve menores de Castellón han sido acusados de un delito de malos tratos a su pareja o expareja. Y aunque los casos de violencia protagoniza por adolescentes no decrecen, el grueso de los delitos cometidos por menores tiene que ver con las lesiones. Durante el último año, la Fiscalía contabilizó en Castellón 254 delitos de lesiones. Le siguen los 78 robos con fuerza y otros 47 con violencia e intimidación. Cierran la lista los abusos y agresiones sexuales, con 10 y 7 delitos.

Es cierto que la gran mayoría de los menores que delinquen en Castellón son chicos de entre 16 y 17 años, pero también hay chicas que roban, agreden o conducen sin carne. Y no son una, ni dos, ni tres... Hay muchas más. De los 260 adolescentes que en el último año se han sentado delante de un juez y han escuchado la palabra culpable, 56 eran mujeres, el 21,4%. Trece de ellas apenas tenían 14 años, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Las cifras constatan también que los delitos y faltas protagonizados por menores de edad van a más en Castellón. O, al menos, cada año engorda el número de condenados en sentencia firme. En el 2015 (no hay datos más recientes), un total de 260 adolescentes de la provincia se sentaron en el banquillo de los acusados. La cifra supone todo un récord y un 18% más que durante el 2014, cuando los penados ascendieron a 220. Casi el 30% de los condenados (75 en números absolutos) ya eran viejos conocidos de la policía.

Pero, ¿qué les ocurre a esos menores una vez son condenados? La ley establece varias medidas y la mayoritaria en Castellón es la libertad vigilada. Le sigue la prestación de servicios en beneficio de la comunidad y el ingreso en un centro de reeducación como Pi Gros.