Los primeros anticipos, que las cooperativas están pagando estos días, confirman el «desastre» de campaña de la clemenules, como lo definen todos los implicados. Estos adelantos se mueven entre 10 y 15 céntimos y podrían llegar a alcanzar, con la liquidación completa, los 18 para las clementinas «de primera y segunda calidad», señala el ingeniero técnico agrícola de la Cooperativa San Isidro, César Roures. En opinión del responsable de cítricos de Fepac-Asaja, alcanzar esa cifra será ya «de fenómenos». Y es que las cooperativas se han visto muy perjudicadas por el hecho de tener que pagar jornales «para echar al suelo» la clementina pixada que se quedó en su día en el árbol. Es decir, fruta que en vez de aportar ingresos aporta gastos a repartir entre todos los socios, lamenta.

A pesar de esto (y de que las liquidaciones se quedarán muy lejos del umbral de rentabilidad), los miembros de las cooperativas no son los agricultores que peor parados van a resultar en esta campaña. A la mayoría de los productores libres la fruta se les quedó en el árbol, aunque muchos la hubieran vendido ya, y también «se han tenido que gastar dinero en tirar la fruta al suelo», denuncia Nebot. Por eso, para su homólogo de la Unió de Llauradors, Carles Peris, es «la peor campaña de la clemenules en años».

recta final aceptable // Ahora, tras una campaña que ha ido siempre adelantada por el fiasco de la nulera, y a falta de «un mesecito» para el final, señala Peris, se vive un momento dulce. Lo único que resta por recolectar son naranjas (que suman alrededor de un 11% de la producción de Castellón, según el aforo oficial, aunque ya no quedan tantas) y estas tienen un precio «razonable», coinciden este y Nebot. El precio mínimo de las cuatro variedades actualmente en recolección está por encima de los costes de producción, según la Lonja de Cítricos de Valencia. Pero, aun así, las cotizaciones están por debajo de las del año pasado... y eso que esta campaña ya no quedan híbridos, cuando en el ejercicio pasado sí que se recolectaban todavía.

De todas formas, estos precios «no pueden cuadrar la campaña», apunta Nebot. «No se puede recuperar las pérdidas de la primera parte», añade Peris. Y es que la clemenules supone el 54% de la producción total de Castellón, según el aforo. Y con todas las clementinas llegan al 73%.

Por eso, desde las organizaciones agrarias y el propio Roures reconocen que la campaña va a provocar más abandono de campos, incluso más que en años anteriores. De hecho, en San Isidro ya anunciaron meses atrás que venían recibiendo ofertas para gestionar nuevos huertos. Además, esto va a conllevar un nuevo impacto: «Este verano se van a crear menos puestos de trabajo, puesto que se van a llevar a cabo menos tareas preparatorias porque los propietarios han tenido menos ingresos», denuncia Peris. «Se está perdiendo el pulmón verde del que presumíamos en la provincia», concluye.