Las plantas de tratamiento funcionan a medio gas, pero los vertederos, donde van a parar los rechazos de las plantas, no dan para muchos años más. Las previsiones que maneja la Conselleria de Infraestructuras estiman que la capacidad de los vertederos de la Comunitat se agotará antes del 2020 y, en Castellón, eso podría suceder incluso dos años antes. Y, además, la normativa europea obliga a las administraciones a apostar por la quema de residuos antes que por los vertederos.

Para poner solución a la saturación de los vertederos y buscar alternativas, el Consell aprobó en verano del 2013 un plan de residuos que contemplaba, como principal novedad, la construcción de tres plantas incineradoras, una por provincia. La Conselleria prefiere llamarlas plantas de valorización de residuos.

Aunque nada más conocerse el plan, la propia consellera de Infraestructuras y Medio Ambiente, Isabel Bonig, reconoció que había “urgencia” en decidir la ubicación de las plantas incineradoras para dar solución al problema de los vertederos, la alta oposición popular y el rechazo de muchos alcaldes han acabado por enfriar el proyecto, que en estos momentos se encuentra en punto muerto: ni avanza ni retrocede.

Desde la Conselleria han reconocido a Mediterráneo que no hay ninguna novedad, pero tampoco confirman que el proyecto se vaya a aparcar definitivamente. “Las plantas siguen en fase de estudio. Aún no hay nada decidido, ni cuántas van a ser ni su ubicación. No se descarta nada y también ese están estudiando otros sistemas diferentes al de la incineración”, explican fuentes del departamento de Bonig.

Lo que todo el mundo da por sentado es que la solución definitiva al colapso de los vertederos tendrá que esperar unos meses más, puesto todo apunta a que, de forma definitiva, se abordará en la próxima legislatura. H