El caso de Inocencia Lucha, la vecina de Almassora que se quemó a lo bonzo acorralada por las deudas el lunes, evidencia, con toda su crudeza, el drama social de los desahucios. Prácticamente seis familias pierden cada día su vivienda en la provincia de Castellón. De enero a septiembre del 2012 los juzgados castellonenses ordenaron 1.586 desahucios, frente a los 1.391 del mismo periodo del año pasado, lo que significa un 12% más. Sin embargo, en el último trimestre del 2012 ha comenzado a disminuir la progresión, con una caída del 8,6%.

Ayer se sucedieron las concentraciones de solidaridad con Inocencia Lucha, de 47 años y madre de tres hijos, que sigue muy grave en La Fe de Valencia tras prenderse fuego en Almassora.

Desde la Plataforma de Afectados por las Hipotecas, Dany Martyn, explicaba que a través de esta concentración quieren denunciar “la presión que están ejerciendo las entidades financieras sobre las personas que pueden llevar a hechos desesperados como este. Es lo que deberían tener cuenta nuestros gobiernos”, a los que pidió “que busquen soluciones, que se apruebe la modificación de la ley hipotecaria con la dación en pago con carácter retroactivo y el fomento del alquiler social”.

Martyn recordó que “muchas personas están viviendo con muchísima presión por culpa de los desahucios y que varias de ellas se han quitado la vida, lo cual, aunque no es la solución, tiene una explicación”. Desde el 2012 13 personas se han suicidado acorraladas por los desahucios, seis de ellos en lo que va de año.

CONCENTRACIÓN // A las 19.30 horas, en la plaza del Ayuntamiento de Almassora, más de 500 personas se concentraron con pancartas donde podía leerse lemas como La banca estafa. Dación en pago ya y viviendas sociales, cacerolas y al grito de Son asesinatos, no suicidios. Tras ello fueron hasta la oficina bancaria, cuya cristalera exterior quedó tapizada de pegatinas, y alrededor de 80 personas fueron a casa del alcalde, Vicente Casanova, donde pudieron oírse insultos en contra de la primera autoridad municipal.

Mientras, en Alicante, un vecino en paro que el 6 de marzo será desahuciado se encadenó a una entidad bancaria y en Orense buscan un hogar para la octogenaria que va a ser desalojada. H