El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, al cual esperaba en silencio en la estación de Castellón una veintena de estibadores de la provincia, se mostró ayer pesimista sobre un hipotético acuerdo entre los sindicatos y la patronal que desbloquee la situación, con posiciones, «muy separadas». Aunque está prevista una reunión mañana, De la Serna insistió en que las posturas están «absolutamente enfrentadas».

El ministro reconoció que le corresponde al mediador «hacer un esfuerzo para intentar acercar posturas», pero no apuntó cómo podría hacerlo y considera que «ya no hay tiempo» porque la obligación del Estado es cumplir una sentencia «y eso es lo que va a tratar de hacer el Gobierno». Según dijo, «lo que el país no puede hacer es decidir cumplir o no una sentencia en función de que unos u otros quieran y deseen llegar a un acuerdo».