El dinero procedente de la economía sumergida no ha parado de crecer desde que arrancó la crisis y, pese a los actuales síntomas de recuperación, la tendencia se mantiene hoy hasta rondar en la provincia casi el 25% del total; es decir, casi uno de cada cuatro euros que se mueven en Castellón se hace “bajo cuerda y fuera del control del fisco”, según coinciden en señalar fuentes del Ministerio de Hacienda y expertos que, por otra parte, sí reconocen el esfuerzo y los últimos logros cosechados para limitar un impacto mayor en la economía.

La fuerte vitalidad mostrada en los dos últimos ejercicios por sectores muy proclives a la circulación de dinero negro, como es el turismo, «pudiera estar detrás de este repunte» de una economía que no escapa, aunque en menor medida, a otros ámbitos como la construcción, el comercio, la industria, la agricultura o al ámbito laboral y doméstico, según explican las mismas fuentes, que todas coinciden en señalar los escasos estudios que existen hoy en este campo, un entorno que llega a mover solo en la provincia 800 millones de euros al año.

Desde el sector turístico se señala que mientras el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) habla de un incremento del gasto diario del turista de un 8% en el último año -hasta llegar a los 80 euros- de manera paralela no pasa lo mismo con la recaudación, que ronda el 3% en este mismo periodo, algo de lo que se achaca a «una más que probable repercusión negativa de una economía sumergida que, aunque siempre ha estado presente, ahora se ve de forma más palpable», se explica desde el ámbito empresarial.

La evolución al alza de la economía sumergida es constatable con respecto a los números anteriores a la crisis, tal como vino a señalar el último informe realizado por el sindicato de técnicos de Hacienda (Gestha). El estudio situaba a Castellón como una de las provincias con un menor índice hasta 2007, con tasas que no superaban el 19%, mientras que a partir de esta fecha este porcentaje no ha parado de crecer hasta situarse en el 25% del total de la economía, cuyo PIB se calcula en algo más de 13.000 millones anuales, según las mismas fuentes, que calculan que el fraude y la evasión fiscal puede llegar a costar a cada ciudadano más de 2.000 euros al año.

POR SECTORES // En cuanto al conjunto de sectores, la construcción sigue liderando el ránking de la economía sumergida, con un 34%, aunque su incidencia se ha visto visiblemente reducida a raíz de la menor actividad tanto durante la crisis como en la actual etapa de recuperación. De otro lado, destaca la hostelería, cuyo porcentaje rondaría ahora el 22%, casi en paralelo con el comercio (21%) o la industria (19%) si bien, en este último caso, destaca el papel que desempeñan las subcontratas y las actividades externalizadas, que ocupan buena parte de los enumerados comportamientos irregulares.

Por otro lado, destacan los esfuerzos que se vienen realizando desde el Ministerio para frenar esta tendencia, que pasa por reforzar las inspecciones, a lo que se ha venido a añadir incentivos laborales a los funcionarios, como son lo que se conoce como premios en retribuciones a inspectores, que pueden alcanzar del 10 al 20% de su salario, pero no solo se ofrecen por detectar, sino que deben recuperar los fondos ocultos al agente fiscalizador, según explican fuentes oficiales, que reiteran de la extrema dificultad que entraña llegar al fondo de una economía «tremendamente esquiva», a la hora de conocer su dimensión real. Para su detección se emplean auditorías de impuestos, consumos corrientes o depósitos bancarios. H