La escena sucedió hace menos de un mes en la clase de segundo de Primaria de un colegio de Castellón. El maestro se estrenaba en el puesto y a los dos días riñó y castigó a dos niños cuyo comportamiento no era el deseable. Al día siguiente el grupo de Whatsapp de los padres echaba humo. Más de 200 mensajes antes de las tres de la tarde. “Que si mi hijo me dice que el profesor es muy serio y que solo hace que gritar”, “pues mi niña asegura que no es para tanto y que el maestro solo se pone serio con los que se portan mal y no hacen caso”... Al final, en el mensaje 300, empezó a reinar la cordura y antes de que las cosas pasaran a mayores (hubo padres y madres que abogaron incluso por ir a quejarse al director de la escuela) los ánimos se calmaron.

Escenas como la anterior son cada vez más frecuentes en los colegios de la provincia. El Whatsapp ha llegado para quedarse y raro es el padre o la madre que no comparta grupo con los progenitores de los otros 22 o 23 compañeros de clase de su hijo. A través de este grupo se organizan cumpleaños, se comprueban los deberes de los niños, las fechas de los controles, las excursiones, los días que toca educación física y hasta se comparte el menú del comedor. Hasta aquí todo normal. El problema es que muchas veces se abusa de una herramienta que está llegando incluso a ser escenario de discusiones de pareja, peleas entre familias o aquelarres contra el profesor. Y es ahí donde los colegios de Castellón se están empezando a plantar y a advertir a los padres de las consecuencias negativas (que las hay) de un mal uso del servicio que, en principio, no tendría por qué ser malo.

Los directores son los primeros en avisar de los peligros. “El problema es que muy a menudo las cosas acaban desvirtuándose y es ahí donde surgen los problemas, que los hay, en muchos colegios de la provincia. Y ante una duda o problema es mejor hablar directamente con el maestro antes que generar un debate a través de Whatsapp”, asegura Victorino Bartoll, coordinador de Castellón de la Asociación Valenciana de Directores de Infantil y Primaria.

CONSEJOS PARA LOS PADRES // El debate sobre dónde están los límites ha llegado ya a las aulas. Este año decenas de maestros han incluido en sus charlas de inicio de curso recomendaciones para que los padres hagan un buen uso de esta herramienta. “Hay docentes que han pedido a los padres que sean respetuosos en sus comentarios y, sobre todo, que no utilicen Whatsapp para asegurarse de que sus hijos no se olvidan de los deberes. Si un escolar olvida un libro es mejor que lo sepa el maestro y no que sus padres remuevan cielo y tierra, vía Whatsapp”, describen a este diario desde varios centros consultados.

Ana Canós, psicóloga del centro de Psicología Castellón 61, también alerta de los peligros. “Que unos padres le solucionen siempre la vida al escolar no es positivo porque al final al menor le falta autonomía. Los niños, a cierta edad, tienen que ser capaces de ser independientes”, dice

Pero la generalización de los grupos de Whatsapp de padres tiene otros efectos. Cualquier incidente que pasa en el centro, cualquier baja de un profesor... hace disparar las alarmas de forma inmediata en el chat. “Antes había una riña en el cole y la cosa no iba a más. Ahora, en cuestión de horas, el hecho llega a todos los padres. Se genera debate y los padres acaban implicándose y haciendo el problema mucho más grande”, añade Canós.

Y, ¿qué dicen los padres de todo este debate? Guillermo Mercader, presidente del AMPA José Soriano de Vila-real y coordinador de todas las asociaciones del municipio lo tiene claro. “Bien usado es una herramienta muy útil pero de la que no hay que abusar porque se pueden sacar las cosas de contexto y generar conflictos entre los propios padres”, insiste. H