Unos 1.000 son los servicios que prestarán, en especial, los agentes de los cuerpos de las policías Local y Nacional, y también de la Policía Autonómica y de Protección Civil, para garantizar la seguridad de los ciudadanos durante las próximas fiestas patronales en honor a Sant Pasqual, que se desarrollarán desde el próximo viernes, 12 de mayo, hasta el domingo día 21.

Unos servicios que se complementarán con la instalación de maceteros de gran tamaño y de hormigón, en base a la alerta antiterrorista, con el objetivo de evitar el acceso de vehículos no autorizados a lugares en los que se desarrollen actos multitudinarios. Una medida que tomará el Ayuntamiento de Vila-real, a petición directa de la Subdelegación del Gobierno en Castellón.

Así lo anunciaron ayer el alcalde, José Benlloch; y el subdelegado, David Barelles, tras la celebración de la habitual junta de seguridad relacionada con los festejos patronales y en la que también se abordaron otros asuntos, a la vez que se valoró el nivel de delitos en la ciudad que, como aseguró Barelles, está muy por debajo de la media estatal. En concreto, en la ciudad se dan 28 infracciones por cada 1.000 habitantes, mientras que a nivel nacional esta cifra aumenta a las 44 (la media provincial se sitúa en 43).

Benlloch explicó que habrá un mayor número de agentes de los cuerpos de seguridad en eventos como la cabalgada, el Sopar de Penyes, el concierto de Chenoa en el nuevo espacio público frente al Estadio de la Cerámica, la ofrenda al patrón o la masiva procesión. Todos ellos, actos que arrastran a miles de personas.

El munícipe incidió en el hecho de que ya en Semana Santa se colocaron maceteros en diversos puntos para evitar el acceso de vehículos no autorizados a los mismos. «Ahora incorporaremos otros de estos elementos más grandes y de obra», aseveró.

NIVEL CUATRO // Por su parte, Barelles indicó: «Hay que recordar que estamos en el nivel 4 de alerta antiterrorista en todo el Estado, aunque no hay nada que nos haga pensar que pueda suceder ningún ataque». De ahí que hizo hincapié en que no quieren «generar una alarma innecesaria», pero van «a instalar elementos rígidos para evitar el acceso de vehículos de tonelaje medio o alto a zonas calientes de la ciudad, donde haya eventos masivos».

Asimismo, el subdelegado del Gobierno en Castellón insistió en que los agentes no solo velarán por la seguridad de quienes acudan a actos festivos, sino que la labor de los efectivos policiales también se centrará en minimizar la delincuencia y robos en las viviendas, por cuanto los ladrones aprovechan que los residentes no están en casa, al salir a la calle a disfrutar de los actos.

BAJO ÍNDICE // Durante su intervención, el alcalde Benlloch agradeció a Barelles «su predisposición a trabajar conjuntamente con la ciudad», a la vez que destacó «la preparación» de los cuerpos y fuerzas de seguridad permanentes en Vila-real y el nivel de colaboración que mantienen las policías Local y Nacional.

Una coordinación que, como explicó el subdelegado Barelles, permite que «esta ciudad tenga unos índices de delincuencia muy bajos». Así, avanzó que en Vila-real la media de infracciones es de 28 por cada 1.000 habitantes, mientras que en la provincia de Castellón se sitúa en 43 y en el conjunto del Estado la cifra llega a las 44». Aún así, reconoció un repunte de robos en masets, al que se ha puesto freno.