Tal día como ayer hace 307 años, Vila-real vivía uno de los episodios más dolorosos de su historia. Las tropas de Felipe V de Borbón asaltaron, saquearon e incendiaron la ciudad, en un acto conocido como la Crema de Vila-real y en el que murieron 253 vecinos.

Un hecho histórico que marcó a la localidad y que desde hace 20 años conmemora Acció Cultural del País Valencià y Socarrats, con el apoyo oficial del Ayuntamiento desde hace tan solo dos ediciones.

“253 personas es una cifra muy elevada, si tenemos en cuenta la población que había en el municipio en 1706”, explica la presidenta de Socarrats, Maribel Castillo. Por este motivo, la ciudad vivió ayer una jornada en la que se rindió un emotivo homenaje a “aquellos ciudadanos que murieron luchando en defensa de las libertades valencianas”, según remarcó el portavoz de Acció Cultural, Toni Royo.

Los actos se iniciaron a las 17.30 horas, en la plaza de la Vila, donde Xarxa Teatre estrenó el Auca de Pasqual y contó con la colaboración de la Concejalía de Juventud. Fue un espectáculo dirigido a los más pequeños, que pudieron conocer de forma didáctica este acontecimiento histórico.

Más tarde, las campanas de la iglesia Arciprestal protagonizaron un singular volteo que acompañó a la comitiva que salió del Casal Jaume I para desplazarse hasta la Torre Motxa --pasando por la plaza José Ortells, la avenida La Murà y las calles Pere III, Major y Lluís Vives. Un trayecto que estuvo amenizado por los Miquelets del Regne de València, ataviados con la indumentaria de la época, quienes realizaron disparos con trabucos --una de las ráfagas ante el Casino Carlista, conmemorando que junto al actual edificio se encontraba el portal de Castelló, por el que accedieron las tropas borbónicas, llegadas por el norte a través de la vía Augusta, actualmente el Camí Real--, en una peculiar, fidedigna y vistosa reconstrucción histórica.

El acto acabó con el depósito de una corona de laurel a los pies de la Torre Motxa y la interpretación de La Muixeranga, declarada recientemente Patrimonio de la Humanidad. “Además de vidas se perdieron libertades que aún no se han recuperado”, dijo Castillo. H