El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) prepara el derribo de las instalaciones del que fuera su centro logístico en la estación de Vila-real, uno de los de mayor tráfico de mercancías de toda la Comunitat.

Según ha podido saber Mediterráneo, el proceso podría alargarse algunas semanas al existir en la infraestructura piezas de amianto, un material altamente contaminante que para su retirada requiere de una autorización que concede la Generalitat, a la vez que una empresa especializada tiene que ser la encargada de desmontar y trasladar los elementos, garantizando tanto la seguridad de los trabajadores como de los vecinos del entorno.

El inmueble ocupa algo más de 500 m2 que, en cuanto se proceda a su derribo, se convertirá en un solar para el que por el momento no prevén un uso concreto.

Consultado por este rotativo, el concejal de Territorio, Emilio Obiol, explicó que «desde el Ayuntamiento se ha manifestado en diversas ocasiones a Adif la preocupación por el estado en el que se encuentra este recinto». Un edificio que, como se observa en las fotografías, se encuentra totalmente abandonado y que ya ha sido objeto de decenas de quejas y denuncias ante los cuerpos de seguridad, tanto Policía Local como Nacional, al convertirse en un lugar «que genera auténtica inseguridad», asevera el edil.

SITUACIÓN DE PELIGRO // Obiol ratifica que la situación actual del antiguo centro logístico de la estación vila-realense, que servía para la carga y descarga de contenedores de mercancía, «es un peligro». Y añade: «Antes de cerrar los pasos a nivel de los caminos Cedre y Na Boneta el edificio era más o menos visible y había tráfico de vehículos por la zona, pero en estos momentos este espacio está completamente de espaldas a la ciudad y su abandono lo convierte en un nido de inseguridad y de falta del mínimo decoro».

LO QUE LLEGÓ A SER // La terminal vila-realense llegó a ser una de las de mayor crecimiento de tráfico ferroviario de la Comunitat antes de que la empresa que gestionaba la carga y descarga de mercancías --especialmente productos cerámicos y citrícolas-- se trasladara a otro lugar próximo en marzo del pasado año.

De hecho, en agosto del 2005 Renfe constató el «constante incremento de actividad» durante los primeros seis meses del año, el mayor de la autonomía, que alcanzó las 5.000 toneladas.