Detectan un aumento de chicas menores consumidoras de alcohol y tabaco, por delante de los chicos. Es uno de los resultados del último estudio realizado por la Unidad de Prevención Comunitaria de Conductas Adictivas (UPCCA) de la Concejalía de Sanidad de Vila-real, por el que se consultó a 2.118 jóvenes de los ocho centros el municipio. «Un 42% de las estudiantes de ESO son bebedoras y el 15% fumadoras, frente al 31% y 10%, respectivamente, en el caso de los estudiantes varones en la misma etapa», explicó el responsable de la UPCCA, José Gisbert, quien advirtió que «perciben de forma muy distinta los peligros que supone beber alcohol o fumar porros, frente a los que causa tomar cocaína, éxtasis o anfetaminas».

Sin embargo, las campañas y leyes antitabaco sí que han surtido efecto entre los jóvenes. Según los datos de la encuesta, realizada en el 2016, la percepción de riesgo por fumar una cajetilla de tabaco al día es tan grave para el 92% de los consultados como tomar anfetaminas o éxtasis o fumar dos porros de marihuana a la semana. Asimismo, estos últimos resultados y su comparación con los recogidos desde el 2004, revelan que, «en contra lo que pudiera parecer, hoy son menos los menores que consumen drogas, tanto legales como ilegales». Si en el 2004 el 20% de los estudiantes era fumador, ahora solo lo es el 13%. También baja el número de consumidores de marihuana o hachís, del 10,4% al 5,7% actual, «aunque los que consumen lo hacen más a menudo», remarcó.

Para conocer la situación actual, la unidad encuestará en el mes de diciembre a todos los estudiantes de ESO de Vila-real sobre el uso que hacen del tabaco, las bebidas alcohólicas, la marihuana, la cocaína y las drogas de síntesis. Esta iniciativa permitirá trabajar en futuras campañas.

Aumento etílico

De hecho, donde no hay cambios es en el número de consumidores de alcohol, que sigue siendo la única sustancia adictiva que «ha sido probada por la mayoría de adolescentes antes de terminar la formación secundaria», añadió. El aumento de la tendencia a emborracharse es lo que más preocupa, porque «es algo que busca el 20% de los menores que beben».

Los responsables de la unidad afirmaron que ha quedado demostrado que el paso de 14 a 15 años (de 2º a 3º de ESO) es la etapa crítica en la que «se dispara el porcentaje de adolescentes que toma alcohol y empieza a probar otras sustancias para divertirse los fines de semana». «Queda mucho por hacer y las campañas, que han tenido un impacto positivo entre los jóvenes, son un instrumento clave», añadió la edila de Sanidad, Silvia Gómez.