La parroquia de Sant Francesc de Vila-real registró ayer un lleno total en el marco de la misa y posterior procesión con la que la Joventut Antoninana celebró el día grande de sus fiestas anuales en honor a San Antonio de Padua.

Un oficio religioso en el que estuvo muy presente el busto-reliquia que contiene restos de masa corpórea del santo franciscano y al que cientos de vecinos --incluso llegados de otras provincias, como Tarragona-- han venerado desde el pasado sábado, cuando el obispo de la diócesis, Casimiro López Llorente, recibió la pieza con todos los honores. De hecho, el objeto de culto, que solo visitó España en otra ocasión, dejó ayer la iglesia de Sant Francesc.

Durante la misa, además de proceder a la tradicional vestición de las medallas a los nuevos miembros de la entidad social y religiosa vila-realense, los antonianos aprovecharon para cumplir con la arraigada costumbre del reparto de panets bendecidos, de los que distribuyeron 1.700 unidades, tanto entre los asistentes a la celebración litúrgica como entre las residencias de ancianos de la ciudad y los enfermos de la zona, según explicaron desde la directiva de la organización.

Las celebraciones anuales de la Joventut Antoniana de Vila-real culminan con una conferencia del arzobispo José Rodríguez Carballo que lleva por título A la escucha del Papa Francisco, ¿que le dice a la Iglesia de hoy?, el próximo sábado; y con la misa en recuerdo de los difuntos, el lunes.