Vila-real fue durante muchos años y hasta la década de los ochenta un centro de producción y comercialización de judías verdes de primer orden a nivel estatal. Tanto es así que el popular mercat de les bajoques --posteriormente se trasladó al espacio en el que ahora está el pabellón Sebastián Mora--, se convirtió en todo un referente por el que decenas de agricultores vendían miles de kilos de esta verdura, especialmente, de la variedad samuga o ferradura.

Pese a prácticamente desaparecer su cultivo, aunque actualmente hay agricultores que han decidido apostar de nuevo por esta leguminosa, el recuerdo de su presencia en la vida económica de Vila-real sigue estando muy presente. Tanto es así que, en el marco del plan valenciano de agricultura ecológica y del programa de diversidad agraria, los alumnos del módulo de jardinería del colegio de Educación Especial La Panderola, --en colaboración con la Generalitat, la Concejalía de Agricultura y Medio Ambiente y la Fundació Caixa Rural Vila-real-- acaban de iniciar la plantación de las tres primeras variedades de bajoca característica de la ciudad y la comarca con el objetivo de preservar esta especie vegetal.

Para el edil del área, Josep Pasqual Sancho, el interés del consistorio vila-realense en este proyecto es doble, «por cuanto se facilita la integración social de los alumnos de La Panderola y, por otra parte, se recuperan y fomentan las variedades de judía que fueron uno de los motores de la economía local».