Suma y sigue. La crisis económica que, de manera especial se está cebando en el sector de la construcción y de la cerámica, está dejando en Borriol otro esqueleto de nave industrial. Un esqueleto fruto de los continuos robos de material metálico de que es objeto y que, en los últimos meses, se ha incrementado, hasta el punto de que el inmueble representa un peligro evidente, incluso para los cacos.

Y es que el recinto fabril de Cerámica Leoni, SL, ubicado a escasos 600 metros del casco urbano de Borriol, se ha convertido en un auténtico polvorín y, según afirman a Mediterráneo algunos vecinos, son decenas de personas las que, casi a diario, acceden a las instalaciones “para llevarse todo aquello que sea metálico”.

E incluso aseguran que “la Guardia Civil llega allí, les toma los nombres y los ladrones les dicen a los agentes que cuando ellos se vayan van a volver a la nave para llevarse lo que puedan”.

Es por ello que reclaman, “al menos, que se incremente la vigilancia para evitar el saqueo de esta empresa”. E instan al Ayuntamiento a que “la Policía Local esté más pendiente de la zona”.

HISTORIAS // La de Leoni es la segunda historia de estas características que se produce en los últimos años. Cabe recordar que los ladrones ya actuaron de igual manera en la nave de Porcelanatto, también en Borriol, hasta el extremo que el robo de las vigas y traviesas metálicas acabó provocando el derrumbe de la instalación. Como consecuencia de ello quedaron amontanadas entre 60 y 80 toneladas de fibrocemento, un material altamente contaminante y cancerígeno, que estuvieron amontanadas varios meses en el lugar.

No son los únicos casos de infraestructuras cerámicas en ruinas que han sufrido esta misma problemática. Así, en Vila-real ya ha finalizado el derribo controlado y retirada de escombros de la antigua Azuvi; mientras que en Onda, tuvo que ponerse vigilancia privada en la fábrica de Gaya para evitar su saqueo. H