Caixa Rural Vila-real cerró el ejercicio del 2014 con unos beneficios de 575.000 euros, lo que representa un incremento del 68% respecto a los obtenidos en el 2013, que fueron de 341.000.

Unos números que, para el presidente de la entidad, Enric Portalés, son signo del inicio de la recuperación económica. Aun así, insiste en que el 2015 “todavía será un año de anormalidad, pero mantengo el optimismo de que a partir del 2016 se producirá un crecimiento más importante”.

Ayer los socios avalaron la gestión de Portalés y su equipo, en el marco de la asamblea general ordinaria que se celebró por la tarde en el Auditori Municipal.

Pese a las cifras positivas en cuanto a los beneficios obtenidos, Portalés destacó como punto negativo la elevación de la tasa de morosidad, que se situó en el pasado ejercicio en el 21,67%, por encima de la media del sector. “Continuamos padeciendo los efectos de la crisis inmobiliaria que, de manera especial, ha afectado a nuestra Caixa Rural por las dificultades que han tenido muchos de los deudores a la hora de hacerse cargo de los préstamos que habían solicitado”, dijo.

CERO DESAHUCIOS // Al respecto, el presidente de la entidad financiera vila-realense destacó que la imposibilidad de muchos prestatarios a seguir haciéndose cargo de su crédito, les “ha obligado todavía en este último año a asumir alguna daciones de inmuebles”. Y destacó que, precisamente por la tarea social de Caixa Rural, esta “no ha tomado decisiones drásticas, como los desahucios, a diferencia de otras entidades”.

En cuanto a las comisiones de mantenimiento que se aplican, Portalés insistió en que no son “partidarios de las mismas”, pero la situación económica actual les “obliga a tenerlas”. Sin embargo, indicó que una forma de no pagarlas es a través de contribuciones al capital social. H