Más de 450 casals se distribuyen a lo largo y ancho del casco urbano de Vila-real. Locales en los que miles de vecinos de todas las edades viven desde ayer las primeras fiestas del año, las patronales en honor a Sant Pasqual. Ávidos de juerga, las calles de la ciudad se llenan de peñistas, ataviados con sus peculiares indumentarias, algunas de ellas con aires más tradicionales y otras más atrevidas y coloridas.

Y cientos de vila-realenses, así como vecinos de otros municipios del entorno, aprovecharan el fin de semana para disfrutar de las celebraciones sampascualinas que, hoy tienen una importante cita para los más taurinos, como es el encierro de toros cerriles, que arranca a las 11.00 horas.

La de ayer fue una jornada para calentar motores, en la que no faltó el primero de los actos solidarios de unos festejos que se alargarán hasta el domingo, 20 de febrero. Es el caso de la venta de mocadors de la festa por parte de la peña Sifó, cuyos beneficios se destinarán a la asociación Conquistando Escalones.

Pero el día también tuvo horario para la cultura, con la apertura de diferentes exposiciones en lugares como El Convent Espai d’Art, Museu de la Ciutat Casa de Polo, Casa de l’Oli, Comunitat de Regants o las salas de muestras de la Fundació Caixa Rural.

La fiesta también se trasladó por la noche, de nuevo, a los casals, donde la música ocupó un lugar destacado, si bien no faltaron actividades como el Rock per la Llengua, en la plaza Major, donde actuaron los grupos Buhos, Els Catarres y Assekes.