El centro de tecnificación deportiva de Vila-real --que inauguraron a lo grande el expresidente de la Generalitat, Francisco Camps, y el entonces alcalde, Juan José Rubert, en junio del 2011, pese a que no pudo abrir sus puertas, aunque solo parcialmente, en diciembre del 2014-- es una de las infraestucturas dependientes de la Concejalía que encabeza la edila Silvia Gómez en las que el Ayuntamiento también se ha visto obligado a realizar mejorar y arreglar desperfectos, pese a que es un inmueble de reciente construcción.

Y es que, como apuntó Gómez, a los 350.000 euros anuales que cuesta al consistorio su mantenimiento parcial --solo está abierta al público la piscina cubierta y alguna sala polivalente, mientras que el pabellón se utiliza de forma puntual--, se suman los casi 50.000 euros que la ciudad se ha visto obligada a invertir para remodelar algunas zonas que no estaban adaptadas, como establece la legislación; o a reparar elementos que, pese a su escaso uso, se han roto o deteriorado mucho, como es el caso de los bancos de los vestuarios”.

Incluso se ha tenido que actuar sobre el tejado, para eliminar problemas de goteras que, como ocurre en otros pabellones, pueden dañar el parquet, lo que comportaría una inversión mucho mayor. Esta es, según explicó la concejala Gómez, el único defecto que entraría en la garantía de construcción.

Y es que, a la habilitación de accesos adaptados a la piscina y la sala polivalente del centro de tecnificación --de los que carecía esta zona de la instalación-- y la habilitación de una sala de formación en colaboración con el IES Miralcamp --en el que se imparte un ciclo formativo de deporte--, se debe acometer antes de finalizar el año la adecuación de la zona de spa, para lo que se requiere crear un acceso que la comunique con la piscina. H