Drama, desesperación e impotencia. Más de tres horas es el tiempo que se prolongó el desahucio dictado por un juzgado sobre la vivienda de Ángel Bustamante, en la calle San Isidro de Vila-real, por una deuda de 8.000 euros, tras avalar al novio de su hija. Una familiar embarazada incluso tuvo que ser atendida por una ambulancia debido al schock.

Desde las 9.00 horas, cuando efectivos del Cuerpo Nacional de Policía acompañados por funcionarios judiciales les hicieron desalojar la casa y, posteriormente, volvieron a acceder a ella; hasta pasadas las 12.00 horas, cuando abandonaron el que fuera su hogar, Bustamante y su familia contaron con el apoyo de amigos, además de integrantes de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Ahora, pueden ir a un hostal costeado por el consistorio.

El portavoz del equipo de gobierno, Javier Serralvo, con agentes de la Policía Local, acudió para estar al lado de los afectados, a los cuales el consistorio ya ha iniciado los trámites “para conceder una ayuda de emergencia y les ha buscado una vivienda social para que no se queden en la calle”. Así lo aseguró el alcalde, José Benlloch. “Es un drama y ya se les ha encontrado una solución”, comentó. Lamentó que “todas las semanas hay desahucios y, en el 95% de los casos, los perjudicados ya han abandonado la casa, pero nosotros, aparte de destinar una partida para ayudas de emergencia, poco más podemos hacer, porque no podemos interferir en una ley hipotecaria estatal”.

La familia logró aplazar in extremis el desalojo el 16 de noviembre. Ayer no fue posible. H