El recinto de la Vila vivió ayer la última jornada taurina de las fiestas de Sant Pasqual con un claro ambiente festivo, ya que una gran cantidad de gente acudió a las inmediaciones del corro para deleitarse con los astados de la ganadería Manuel Caro Andrade.

Siguiendo con los buenos resultados de jornadas precedentes, el primero de los toros de la tarde dio mucho juego, respondiendo a las llamadas de los asistentes y a los valientes que se atrevieron a realizar diversos recortes aunque, en ocasiones, se mostró distraído.

El segundo morlaco estuvo algo más despistado. No corrió tanto como el primero y no embistió con la misma fuerza. Pese a ello, ambos se movieron por todo el recinto de la Vila y se dejaron ver por casi todas las calles.

NINGUNA INCIDENCIA // La tarde se saldó sin ningún herido por asta de toro, aunque la enfermería atendió a un hombre por un golpe con las barreras sin gravedad.

De esta forma, la ciudad despide los festejos taurinos hasta su próxima semana grande, el mes de septiembre, con un ambiente cargado de ánimo, fiesta y celebraciones por todo lo alto.