Dos de cada diez familias de Vila-real no abonan sus impuestos. Así lo ha asegurado el alcalde de la ciudad, José Benlloch, quien remarca que la mayoría de estos vecinos no hace frente a estos pagos por falta de ingresos, al estar en una situación económica complicada. Por contra, la morosidad fiscal por parte de las empresas ha disminuido y solo afecta a un 6%, “ya que el 94% cumple con sus responsabilidades fiscales”.

El primer edil dio estas cifras en el pleno extraordinario celebrado ayer en respuesta a las críticas recibidas por parte del PP en las que aseguraba que el consistorio acumula 18 millones de euros de “dudoso cobro”, lo que desequilibra las cuentas, al incluir el abono del 100% de los impuestos municipales en el apartado de los ingresos. El munícipe criticó que los populares hagan referencia a este asunto como herramienta política, “cuando se trata de personas que no pueden pagar”. De la deuda de 18 millones, acumulada en los últimos años, la mayor parte se debe al impago del impuesto de bienes inmuebles.

El portavoz adjunto del grupo popular, Javier Nácher, criticó que el motivo de la sesión plenaria extraordinaria fuera el pago de 400.000 euros en facturas que se arrastraban del pasado año.

disculpas // A este respecto, Benlloch pidió perdón a los proveedores por la demora y aseguró que esta tardanza se ha debido a “gastos imprevistos”, la mayoría por sentencias urbanísticas debido a expropiaciones realizadas por los populares cuando se encontraban en el gobierno municipal.

Nácher acusó al cuatripartito de confeccionar un presupuesto “ficticio” que les obliga a realizar continuas modificaciones de crédito para hacer frente a las obligaciones. Además, el concejal popular lamentó que algunas de las facturas, ahora liquidadas con notas de reparo por parte de Intervención, acumulasen un retraso de hasta siete meses.

“Hacemos modificaciones de crédito para pagar, porque legalmente se pueden hacer y la gente necesita cobrar”, reiteró el alcalde, quien acusó al PP de vivir en “un mundo de unicornios” y votar en contra de que cobren estos proveedores del consistorio.

Una gran parte de los 400.000 euros de estas facturas dependen directamente de la Concejalía de Cultura. De ahí que Nácher acusara a este departamento, que dirige el nacionalista Alberto Ibáñez, de “no parar de hacer un gran agujero al Ayuntamiento”.

Por su parte, Ibáñez replicó al PP que durante su gestión dejaron ocho millones de facturas en los cajones sin abonar.

Tras el pleno, el alcalde avaló la gestión de Ibáñez al frente de Cultura y aseguró que el aumento del IVA en esta materia, que ha pasado del 8 al 21%, se ha notado en las arcas de la Concejalía. “Igual se puede gestionar mejor, pero desde que llegamos al Ayuntamiento hemos trabajado para salvar a las empresas culturales de la ciudad”, justificó el alcalde.

El equipo de gobierno dio luz verde a la liquidación del presupuesto del 2014, que refleja un ahorro en remanentes de tesorería de 3,5 millones de euros. De esta cuantía, 400.000 euros van al abono de facturas pendientes. H