Buscar un “enfoque multidisciplinar” de la psicopatía para “acabar con los estigmas que vinculan de forma directa la comisión de delitos violentos con las personas que padecen trastornos mentales”. Este fue el objetivo del curso de verano que acabó ayer en el centro asociado de la UNED en Vila-real, según su coordinadora, María Bernardina Alonso.

Durante los tres días que duró la formación, titulada Psicopatología e intervención en psicopatías y otros trastornos de la personalidad antisocial y delictiva, pasaron por el edificio educativo vila-realense nombres ilustres de la psicología a nivel nacional e internacional. El mejor ejemplo es Vicente Garrido, doctor en Psicología y profesor titular de Criminología y Educación en la Universitat de València, además de asesor de las Naciones Unidas.

NIÑOS TIRANOS // El doctor Garrido explicó las características de uno de los trastornos que más preocupa no solo a los investigadores actuales, sino también a los padres. Se trata del síndrome del emperador, es decir, de aquellos niños que por su “carácter complicado se convierten en tiranos en la vida cotidiana, llegando a desestructurar a sus familias”.

Este especialista hizo un llamamiento a “no culpar a los padres”, puesto que atribuyó el aumento de este síndrome a dos factores: “la naturaleza conflictiva de estos niños” y “la estructura de las sociedades actuales”, que dificulta en muchos casos una correcta atención. Es por ello que concluyó que “no es que haya cada vez más padres incapaces”, sino que hay que trabajar fórmulas pedagógicas para mejorar los vínculos afectivos de estos infantes.

Otra ponencia fue impartida por el subdirector de Instituciones Penitenciarias, Marco Crespo. Este alto funcionario rechazó que los conceptos de psicópata y preso se puedan equiparar, y presentó un estudio que apunta que solo el 41% de la población reclusa sufre algún trastorno de la personalidad. Así, concluyó que aunque se trata de una cantidad “importante”, generalizar no ayuda a encontrar soluciones al problema. H