Una quincena de grafiteros de diferentes municipios de la provincia de Castellón, e incluso de localidades de Valencia, participaron ayer en la tercera edición del concurso Esprai, a través del cual se pretende poner en valor este tipo de arte de calle y, a su vez, apostar por embellecer diferentes enclaves del la ciudad, a través de las pinturas que, ya hoy en día, han convertido paredes sucias en auténticas obras de arte. J. C.