El Espai Jove de Vila-real continua viéndose obligado a seguir arreglando los desperfectos que se ocasionan como consecuencia de «defectos de construcción», a los que se suma el deterioro por el uso de las instalaciones.

Y es que, según han informado a Mediterráneo fuentes del Ayuntamiento, en la actualidad, se están realizando reparaciones en las paredes de pladur existentes en el recinto. «Las humedades que se han ido filtrando por los problemas que ha registrado este edificio después de finalizarse su construcción --abrió sus puertas en febrero del 2011-- han afectado a este material, de forma que se ha dañado por golpes generados por la instalación de elementos en ellos, incluso se llegaron a desprender los remaches de las bases de alguna exposición», explican las mismas fuentes.

ACCIONES

Una empresa vila-realense es la encargada de resolver, en el marco de la colaboración existente entre el consistorio y mercantiles locales, los desperfectos en las paredes de pladur.

Una actuación que se suma a la larga lista de intervenciones realizadas en este inmueble --que supuso una inversión de 900.000 euros-- para corregir defectos de obra, que comenzaron a hacerse evidentes nada más inaugurarse, como goteras, filtraciones, obstrucción de desagües e incluso desajustes en las puertas metálicas enrrollables que, en definitiva, han dificultado la realización de actividades en su interior y que han supuesto, hasta el momento, un sobrecoste en reparaciones de casi 50.000 euros.

Aun así, y según destacan los responsables municipales, los trabajos «siempre se han llevado a cabo sin cerrar ni un solo día el Espai Jove, de manera que las actividades se han realizado siempre con normalidad que, al fin y al cabo, es nuestro objetivo».

Uno de los desperfectos más sonados fue el desprendimiento de elementos decorativos de la fachada tan solo un año después de abrirse la instalación.