La asociación de paranyers Apaval y la peña L’Embolic abrieron ayer en Vila-real la veda de los concursos de reclamo en la Comunitat. Y lo hicieron, de nuevo, con un aire reivindicativo y dando un nuevo toque de atención a las autoridades autonómicas, estatales y europeas para avanzar en la legalización del tradicional método de caza del parany.

Son ya 27 ediciones de un certamen internacional que, en los últimos años, no solo sirve como escaparate de la calidad de los participantes a la hora de imitar el canto del torno sino también en un altavoz para dar aire a un objetivo por el que Apaval lleva años luchando: que los gobiernos competentes den legitimidad oficial a un tipo de caza que, especialmente, se viene practicando desde hace siglos en las comarcas de Castellón, pero también en Valencia, Catalunya y Aragón.

“En la Generalitat apostaron mucho por este tema antes de las últimas elecciones, pero lo cierto es que después no ha habido nada de nada y están todos muy calladitos”, afirma el presidente de los paranyers, Miguel Ángel Bayarri, quien insiste en que “el parany está muy vivo, y muestra de ello es la participación en este concurso de Vila-real, al que seguirán otros en Benigànim, l’Alcora o el Camp de Túria”. Y añade: “Nuestra principal meta es lograr la legalización del parany, y esta es una reivindicación en la que estamos empeñados y no vamos abandonar nunca hasta conseguir que sea realidad”.

Y es que ayer, el certamen vila-realense estuvo marcado por la ausencia de representantes de la Administración autonómica. Sí que estuvieron presentes el primer teniente de alcalde de Vila-real y concejal de Tradiciones, Pasqual Batalla, así como otros miembros de la corporación municipal. Y en representación de la Diputación estuvo el que también es concejal de la ciudad --en este caso del PP--, Héctor Folgado.

En el concurso participaron 24 adultos y una decena de niños. En este último caso, el premio al mejor canto de tordo común fue para Ana García Llorens, de Vila-real; mientras que en la categoría sénior, el galardón fue para José Antonio Martín, de l’Alcora. H