Unos 150 vecinos de Vila-real, les Alqueries y Alfondeguilla se han sumado este año a la novena edición de la peregrinación cuaresmal a Torrehermosa, que organiza la Confraria de la Puríssima Sang. Tres autobuses completos partieron, en torno a las cinco de la mañana de ayer con destino marcado a la localidad natal de Sant Pasqual.

El objetivo no era otro que participar y ser testigos del vía crucis que escenifican numerosos integrantes de la cofradía vila-realense, así como los de otras entidades religiosas, por las calles del municipio zaragozano. Una cita en la no pueden faltar varios de los miembros de la Guardia Romana y que, tras nueve años realizándose, se ha convertido en un referente en Aragón, hasta tal punto que acuden para ser testigos del desfile y las representaciones ciudadanos de Monreal de Ariza, Cabolafuente, Calatayud, Ariza y Zaragoza, además de los propios vecinos de Torrehermosa que, como asegura a Mediterráneo el presidente de La Sang, Felipe Monfort, toman parte activa en este evento que precede a los días de la Semana Santa.

El porqué se pensó en llevar a cabo esta peregrinación tiene una respuesta fácil para Monfort: «Como cofradía de Semana Santa que somos celebramos un vía crucis y que mejor lugar para hacerlo que el lugar en el que nació el patrón de nuestra ciudad, Sant Pasqual, que era un enamorado de la Eucaristía».

En el acontecimiento se realizan las 14 estaciones tradicionales que, en 10 de los casos, se escenifican, aportando mayor realismo y emoción a esta cita religiosa. De hecho, para el 2019 y para conmemorar el 10º aniversario, ya se trabaja en convertir este viacrucis en una especie de auto sacramental, en el que se representarán cada una de las 14 estaciones.

El alcalde de Vila-real, José Benlloch; el concejal de Turismo, Diego Vila; y la edila de Recursos Humanos, Mari Carmen Pesudo, no quisieron perderse un evento que sobrepasa lo puramente religioso.