La lacra económica que para las asociaciones de regantes suponen los continuos robos en los pozos del término municipal no cesa, y por ello el Consell Agrari pidió un aumento de la vigilancia. En una de sus últimas reuniones, celebrada hace unas semanas, los distintos actores implicados en el sector citrícola destacaron que los problemas por hurtos se concentran en estas infraestructuras hídricas y también en las fincas, donde es habitual que los delincuentes roben varios kilos de naranjas para después venderlas en mercados ambulantes.

Ante esta denuncia, la Unidad Rural de la Policía Local se puso las pilas al inicio de la campaña, y según el concejal de Seguridad Ciudadana, Javier Serralvo, ya han realizado 1.993 actuaciones en este sentido, la mayoría visitas a las sociedades de riego y sus distintos pozos. También se incluyen los contactos con los regantes para intercambiar información y mejorar la vigilancia.

Serralvo indicó que durante toda la campaña citrícola del 2015/2016 se realizaron 2.132 actuaciones, por lo que la temporada actual, que se alarga hasta el mes de mayo, la cifra se verá notablemente incrementada.

El edil de Seguridad Ciudadana destaca que la presencia policial en el campo es «mucho mayor que en años anteriores, y eso también se nota, puesto que más que pillar a los ladrones, que es muy difícil porque el término municipal es muy grande, la presencia policial en los caminos rurales tiene carácter disuasorio».

CONTROL DE CUADRILLAS // Los agentes también han aumentado el número de controles a vehículos que llevan naranjas cargadas, a los que se les pide la documentación sobre el comercio para el que recogen fruta. «Se trata de evitar la presencia de lo que se llaman falsos collidors», esto es, personas que aparentan trabajar para empresas citrícolas o cooperativas y que en realidad roban género para su posterior venta. Según Serralvo, el año pasado se realizaron un total de 105 controles en toda la campaña y en la actual ya se han superado los 75.

Otro de los puntos que frecuentan los agentes son los comercios, con el objetivo de evitar la compraventa de naranjas sin que se identifique correctamente su procedencia. La Policía Local ya ha visitado 53 empresas de venta de fruta en los últimos meses.

A todo esto se suma la Operación Combo iniciada por el Cuerpo Nacional de Policía para frenar robos en masets y evitar contrataciones ilegales como collidors.