Vila-real y Burriana han decidido tomar cartas en un asunto que recientemente ha sido noticia destacada en todos los medios de comunicación del país, el consumo de alcohol por parte de menores que, en algunos casos, ha acabado en ingresos en el hospital. Y es que tanto en los ayuntamientos como en las unidades de prevención comunitaria (UPC) preocupa la tendencia al alza entre los jóvenes que consideran que la ingesta de alcohol ayuda a aumentar la popularidad. Incluso la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, ha planteado multar a los padres irresponsables con el alcohol, si bien se refiere a progenitores con hijos reincidentes en el consumo que no asistan a cursos de sensibilización.

LA MEDIA // En el caso de Vila-real, los datos del Hospital de la Plana reflejan que, de media, cada mes un chaval del municipio acude de madrugada durante los fines de semana a desintoxicarse tras una borrachera. Según los datos del centro sanitario a los que ha tenido acceso Mediterráneo, hasta noviembre fueron 11 los adolescentes que acudieron completamente ebrios a urgencias, sin contar con los casos que se hayan podido llegar al centro de salud de Carinyena, donde no hay cifras por edades. Del resto de municipios que dependen del área sanitaria de la Plana, ha habido otras 22 atenciones de este tipo en lo que va del 2016.

Las unidades de prevención comunitaria de Vila-real y Burriana han puesto en marcha un programa piloto conjunto que permitirá que el personal sanitario pueda derivar a los profesionales de prevención todos los casos de adolescentes que hayan llegado a la Plana con intoxicaciones.

Según el responsable de la UPC vila-realense, José Gisbert, «el objetivo es que, pasado el susto, se pueda orientar a los chavales y hacer que sean conscientes de los peligros que conlleva llegar tan lejos en el consumo de alcohol».

El servicio que dirige Gisbert desarrolla varias iniciativas de sensibilización, especialmente en los institutos. «Detectamos que la edad a la que se comienza a beber se sitúa alrededor de los 13 años y es en este momento cuando hay que trabajar con los menores, puesto que, en general, la percepción de riesgo es baja».

Sin embargo, según este especialista, el peligro existe y defiende las tareas preventivas.