Operarios de la empresa encargada de la demolición de la antigua estación de mercancías de Vila-real han retomado los trabajos para el derribo de la misma, con la retirada de las placas de fibrocemento (uralita). Unas labores que se realizan tomando las precauciones marcadas por la legislación, con el objeto de evitar la toxicidad de estos elementos, con alto contenido en amianto.

De esta forma, en unos días pasará a ser historia el recinto que en su día fue una de las terminales de mercancías con mayor actividad de la Comunitat. En los últimos años, el edificio se había convertido en un espacio que generaba inseguridad, según reiteraron en diferentes ocasiones desde el Ayuntamiento.