El proyecto de la ronda suroeste de Vila-real incorporará un carril bici y una zona peatonal arbolada a lo largo de los cuatro kilómetros de longitud que tendrá el nuevo corredor que unirá la CV-20 y la N-340. Así lo confirmaron ayer a este periódico fuentes de la Conselleria de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, que encabeza María José Salvador, que ha sacado a concurso público la licitación del contrato para la redacción del proyecto de construcción, por un importe de 169.400 euros, después de ocho años de paralización del plan de obra.

El nuevo corredor tendrá características de bulevar. Constará de una única calzada con un carril por sentido de circulación y márgenes amplios para la ubicación de aceras. Además, a lo largo del lado interior de la ronda se proyectará un carril bici y una zona arbolada pensado como paseo peatonal y zona de esparcimiento, a modo de vial verde entre la nueva vía y el casco urbano.

Situada entre el suelo urbano y los futuros desarrollos industriales, la construcción de esta ronda urbana por el borde sudoeste del casco urbano pretende evitar el paso de los vehículos pesados, y del resto del tráfico cuyo destino no sea la ciudad, por el centro de Vila-real. La actuación “contempla que todas las intersecciones con las carreteras, con los caminos y con las calles sean al mismo nivel para facilitar la permeabilidad del tráfico local y su diseño se realizará de tal manera que sea compatible con el futuro desdoblamiento de la ronda”, según las mismas fuentes.

También se dispondrán viales de servicio en los tramos donde se precisen para el acceso a las propiedades colindantes y se proyectará la reposición de los servicios afectados por las obras, como acequias, conducciones de agua potable y de saneamiento, líneas eléctricas y telefónicas.

Tiene un plazo de ejecución de 15 meses, si bien desde el consistorio confían en recortarlo. H