El milagro se hizo. Pese a los nubarrones que comenzaron a formarse a primera hora de la tarde y que, a las 17.00 horas, amenaban con descargar con un buen aguacero, la imagen de la Mare de Déu de Gràcia salió de su ermitorio del Termet para, transportada a hombros por sus portadores, completar la tradicional baixà que, como cada primer viernes de septiembre, se realiza para traslardar la imagen e la Moreneta vila-realense hasta la iglesia arciprestal, donde permanecerá hasta que finalicen las fiestas en su honor, el domingo día 9.

Decenas de devotos acompañaron a la Virgen en los dos kilómetros que separan el paraje natural del punto de la calle Ermita, frente al convento de los Padres Carmelitas, en los que les esperaban las autoridades locales, encabezadas por el alcalde, José Benlloch; así como las eclesiásticas, encabezadas por el párroco de la arciprestal, Javier Aparici.

A partir de este lugar, y hasta llegar al primer templo local, la Mare de Déu de Gràcia estuvo arropada por los integrantes de diferentes organizaciones sociales, culturales y religiosas, que se sumaron activamente a la comitiva en la que, como de costumbre, no faltaron los cuatro gegants de la ciudad --Marigracieta, Pasqualet, Jaumet y Pinella--, así como los dolçainers y tabaleters.

FLORES // Una vez en la iglesia, arrancó la ofrenda floral a la patrona que, de nuevo, organizó la Comissió de Penyes. Ademas de una treintena de estas entidades festivas, también tomaron parte otras asociaciones de la ciudad, así como vecinos en general.

La jornada puramente religiosa se cerró con el inicio de la novena a la patrona, en la que se entonaron la Salve de la Coronació y los gozos en su honor.

ARRANQUE OFICIAL // Con todo, y pese a que la baixà de la Mare de Déu de Gràcia fue el acto más emblemático del día, el arranque oficial de los festejos tuvo lugar al mediodía cuando, desde el balcón de la sede social de Caixa Rural Vila-real, en la plaza de la Vila, se procedió a entregar a la reina de las fiestas, Cristina Pesudo, la Clau de la Festa, que simboliza el control de la máxima representante festiva en los 10 días de duración de estas celebraciones.

Y a ello se sumó la típica Crida que, en esta ocasión, protagonizó el actor y director Joan Raga; así como el incesante volteo de campanas y el lanzamiento de masclets desde el jardín de Jaume I.

DIVERSIÓN // En cualquier caso, el primer día de fiestas no acabó ahí, por cuanto durante el resto de la tarde, en la noche y hasta altas horas de la madrugada se sucedieron las actividades organizadas por numerosas peñas, así como por la Comissió que las agrupa. Fue el caso del tardeo preparado por Samfaina; la macrocena de peñas de Trifulcà; las discomóviles de Xafarrup, Xanglot, Bravatell, Xarxaua y Trasbà; el remember de música pop española de Beu i Fuig; la actuación del grupo Los Replicantes, de El Balconet; o el Vila-real DJ Festival, praparado por la Junta de Festes, en el Recinte de la Marxa.