Cadafals abarrotados y grandes dosis de espectáculo en la última tarde de la programación taurina de los festejos de Vila-real. Patrocinados por la Comissió de Penyes, desfilaron por el recinto de la vila dos ejemplares, pertenecientes a las ganaderías de Núñez del Cuvillo y Fermín Bohórquez.

Tras la última comida de las fiestas, comenzó la tarde taurina con la participación de Utrerito, un ejemplar de Núñez del Cuvillo, que causó una sensación inmejorable entre los asistentes que llenaron el recinto. A pesar de la coincidencia con otras exhibiciones taurinas en localidades vecinas, los aficionados disfrutaron de las evoluciones del animal y, en especial, de la actuación de rodaor local Meseguer, que se lució con sus quiebros al animal y cumplió las expectativas.

Tras su salida, el toro se adentró por las estrechas calles del centro y, posteriormente, dio espectáculo en la zona de los cadafals. Su vuelta a los toriles fue correspondida por una cerrada ovación por parte de los espectadores.

Tras el buen sabor de boca de la primera parte, llegó el momento de Amapolo, de la ganadería de Bohórquez. No causó tan buena impresión entre los asistentes como su predecesor, pero hubo destellos de buen hacer. La tarde taurina concluyó con la presencia de vaquillas de la ganadería de Mijares, que también se desarrolló sin incidentes.

Ya de madrugada, los toros de la tarde fueron embolados en el recinto del cruce con el Raval del Carme. Los aficionados han destacado la buena programación taurina de este 2016, una de las mejores de los últimos años. H