La unanimidad marcó ayer la aprobación, en el transcurso del pleno ordinario del mes de junio, del nuevo programa económico-financiero del Ayuntamiento de Vila-real, con el que se da vía libre a optar a la subvención de 180.000 euros de la segunda convocatoria del 2018 del plan Castellón 135 de la Diputación, para el que la corporación, también por unanimidad, dio luz verde a la propuesta del equipo de gobierno para acometer la primera fase de la rehabilitación del albergue municipal Mare de Déu de Gràcia.

Aunque con algunos reproches entre los representantes de la oposición y del ejecutivo que lidera el socialista José Benlloch, la reforma de este inmueble --ubicado en pleno paraje del Termet y a escasos metros del ermitorio de la patrona de la ciudad-- salió adelante, de manera que los técnicos elaborarán un proyecto en el que se contemplará, como ya informó el alcalde Benlloch y ayer volvió a explicar el concejal de Territorio, Emilio Obiol, el acristalamiento de la actual terraza para convertir este espacio en una sala polifuncional, la reparación de algunos balcones que se encuentran en mal estado y la sustitución de las ventanas que dan al río Millars, con el fin de mejorar la eficiencia energética de un edificio que utilizan en torno a 3.000 personas al año.

CONTINUIDAD // Al respecto, y a la petición formulada por el concejal popular Jaume Llorens, Benlloch dejó la puerta abierta a continuar con otras actuaciones en el albergue cara al próximo ejercicio del 2019, ya sea con fondos propios del consistorio o a través de subvenciones. Además, recordó que la última reforma integral que se efectuó en este recinto fue durante la alcaldía del también socialista Enrique Ayet, en torno a unas tres décadas atrás.

Como paso previo a la aprobación de este proyecto para su inclusión en el plan 135, el pleno tuvo que dar su apoyo al plan económico-financiero elaborado por el ejecutivo local y con el aval del área de Intervención municipal.

«Las bases de la convocatoria de ayudas provinciales establecen la necesidad de cumplir las reglas de estabilidad presupuestaria o haber aprobado un plan económico-financiero. Desgraciadamente, la hipoteca urbanística del PP de Vila-real nos impidió cumplir el objetivo de estabilidad a finales de año», explicó la edila de Hacienda, Sabina Escrig. Entre otros aspectos, el documento implanta un programa especial de recaudación para mejorar los cobros por vía ejecutiva, «manteniendo congelados los impuestos y sin recortar servicios».

URBANISMO // Por otra parte, y de nuevo con los votos favorables de todos los grupos políticos con representación municipal, en la sesión se aprobaron dos propuestas de la Concejalía de Territorio para declarar la caducidad de otros dos programas urbanísticos, uno que afectaba al entorno de al empresa Zirconio y otro del área de confluencia de la avenida Castelló con la calle Corts Valencianes, aprobados en el 2009 y 2005.

El edil del área, Emilio Obiol, explicó que el procedimiento se lleva a cabo «para evitar posibles reclamaciones de propietarios de suelo en ambos espacios». Y añadió: «Es voluntad de este equipo de gobierno desactivar todos los PAI que no se han ejecutado, surgidos en los años de la burbuja inmobiliaria y fruto de una manera de entender el urbanismo por parte del ejecutivo del PP, que no trajo más que especulación».