Los alumnos de cuarto de la ESO del IES Santa María son los ganadores del concurso Ciutat de Vila-real Hacia el Desarrollo Sostenible, organizado por la Concejalía de Agricultura, Medio Ambiente y Cambio Climático. Así lo anunció ayer su responsable, Josep Pasqual Sancho. La iniciativa, presentada hace varios meses, permitirá poner en valor el patrimonio natural de la ciudad, concretamente los barrancos. Por ello, el trabajo Els barrancs ben cuidats, ja estem tots salvats, se ha dotado con 1.000 euros en concepto de material didáctico. La competición pretende que «los adolescentes se involucren en la naturaleza y estudien la geología de los cauces», remarcó Sancho.

«Además del premio en metálico, lo más significativo es el impacto formativo y sensibilizador que supone esto para los alumnos y la ciudadanía», valoró el edil. El instituto que recibió el triunfo tuvo que competir con el centro educativo Broch i Llop.

Finalidad

Todos los alumnos participantes estudiaron las principales especies vegetales de las ramblas y barrancos, aprendieron a identificar la fauna a través de restos como excrementos, la geología y el Índice de alteración de ramblas (IAR). En este línea, también investigaron la flora de cada uno de los cauces. Con toda esta tarea, «los jóvenes han podido concienciarse sobre la importancia de la biodiversidad o el papel de los barrancos como corredor verde, entre otra de las cuestiones tratadas», citó el edil.

Este conocimiento sobre los barrancos llegará a todos los vecinos en la gala que se celebrará con motivo del Mes de la Sostenibilidad, donde la información recopilada en las investigaciones se incluirá, a través de códigos QR, en las señales identificativas situadas por los diferentes barrancos de todo el término.

El jurado del concurso ha estado formado por expertos en sostenibilidad y todos ellos valoraron positivamente los trabajos y la tarea de los profesores para estimular a los adolescentes.

Campaña

En otro orden de cosas, Sancho informó sobre la campaña contra la mosca que se ha llevado a cabo en el municipio y que está promovida por la Conselleria de Agricultura y el consistorio. Un total de 300 trampas fueron distribuidas en 8,62 hectáreas de críticos y 2,5 hectáreas de caqui, lo que supone un total de 11,12 hectáreas. «A pesar de que son datos todavía modestos, el incremento respecto a la campaña anterior ha sido sustancial», valoró el concejal. En concreto, se ha pasado de un reparto de 180 trampas respecto a la operación anterior, a 300 y de una superficie de 7,2 hectáreas tratadas a las 11,12 hectáreas de este año. H