Circular por una rotonda con un olivo plantado y ver las aceitunas caídas; pasear por calles con naranjos plantados y ver la fruta en las aceras. Estas imágenes son habituales en los pueblos en los que existen este tipo de árboles plantados. La mayor parte de estos alimentos se estropea porque los vecinos no saben si pueden recogerlos, al desconocer la identidad del dueño. Vila-real cuenta con un reglamento municipal que aborda este asunto para facilitar que cualquier ciudadano puedan solicitar en el Ayuntamiento la recogida de aceitunas, algarrobas y naranjas de todo tipo de espacio público.

“Hicimos una normativa para regular este asunto y no dar las autorizaciones de forma aleatoria para evitar favorecer a nadie”, ha señalado el concejal de Servicios Públicos, Francisco Valverde. Sin ir más lejos, en la última junta de gobierno local se dio luz verde a la petición de un vecino que solicitó poder recoger las aceitunas y algarrobas que hay en el Termet.

Por tanto, todo vila-realense que desee recolectar estos frutos solo debe presentar una instancia en el consistorio y esperar respuesta. En principio, según explicó el edil del área, el permiso necesario se suele conceder a la primera persona que lo solicita en dependencias municipales. El requisito que hay que cumplir para ser benefactor es demostrar que las naranjas, aceitunas o algarrobas son para uso privado, es decir, para consumo familiar y no se persiguen fines lucrativos.

permiso necesario // Por tanto, está totalmente prohibido que las personas que reciben la licencia oportuna puedan vender o hacer negocio con los productos que recolecten en los espacios públicos de la ciudad. Pocos ciudadanos conocen que existe esta posibilidad. Por este motivo, Valverde anima a todas las personas que puedan estar interesadas en adherirse a esta medida.

La autorización municipal, por parte de la junta de gobierno local, es el requisito imprescindible para recolectar en rotondas o parques. Por tanto, aquellos ciudadanos que lleven a cabo esta práctica sin permiso previo se pueden enfrentar hasta a una sanción.

Con una normativa especifica que regula esta materia, el Ayuntamiento de Vila-real busca evitar que estos frutos se echen a perder y los vecinos los puedan emplear, además de que puedan caer en parques y calles, provocando problemas a los viandantes y ensuciando los espacios públicos. H