Vila-real cerró ayer una intensa Semana Santa, en la que no han faltado todo tipo de actos cargados de fervor, en los que miles de fieles se han volcado por completo. La cita de ayer volvió a ser una de las más especiales, ya que, además de servir para poner el punto y final a las celebraciones, nuevamente contó con la peculiaridad de ser una tradición recientemente recuperada.

La procesión del Encuentro, una de las más emotivas, volvió a incorporar una importante novedad, como es el recorrido original del desfile, que ya se recuperó el año pasado y que se espera mantener para próximas ediciones.

De este modo, la imagen del Santísimo, que volvió a salir bajo palio -igual que hiciera en 2012 y 2013, recuperando así una tradición del año 1964-, partió de la iglesia Arciprestal poco después de la misa de las 8.00 horas, y lo hizo por las calles San Antonio y Cervantes, hasta alcanzar la plaza Major y la plaza de la Vila.

Un trayecto en el que estuvo acompañado por las cofradías de la Purísima Sangre, el Santísimo Cristo del Hospital, la Venerable Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Caridad y las hermandades de la Santa Faz y del Santo Sepulcro.

Allí se encontró con la Virgen, que llegó por la calle Major, seguida por las cofradías de la Virgen de los Dolores y Santa María Magdalena y las hermandades Franciscana de Tierra Santa, la Virgen de las Angustias y la Venerable Orden del Carmen.

Miles de personas se congregaron en la plaza de la Vila para contemplar tan emocionante escena, en la que, un año más, la imagen de la Virgen del Carmen -restaurada hace dos años- volvió a brillar con luz propia. Finalizado el Encuentro, los protagonistas regresaron a la iglesia Arciprestal, donde tuvo lugar la Santa Misa que cerraba la convocatoria. H