Vila-real ha entrado a formar parte del selecto club de los municipios turísticos de la Comunitat Valenciana. Y es que la Conselleria de Turismo ha aprobado el expediente que en mayo envió el Ayuntamiento para demandar este reconocimiento. Por tanto, a falta que el próximo pleno del mes de agosto ratifique la decisión, Vila-real es oficialmente una ciudad digna de ser visitada.

La noticia la daba ayer el edil de Hacienda, Ignasi Clausell, quien señaló que esta "es una más de las líneas de acción que el equipo de gobierno ha tomado para potenciar la localidad".

Ante las dudas que genera que un pueblo sin costa pueda considerarse municipio turístico, Clausell ha explicado que "no se necesita playa para atraer turismo, sino destacar como lo hace Vila-real por el deporte, la industria y la cultura". En definitiva, "ofrecer un paquete de atractivos que lleven a la gente a pasar un día conociéndonos", señaló.

LUGARES DE INTERÉS // Uno de los lugares de obligada visita en la ciudad es la plaza de la Vila, declarada bien de interés cultural (BIC) en 1974 y monumento histórico-artístico. Construida en el periodo fundacional y junto a la histórica calle Mayor San Jaime, a día de hoy todavía constituye el centro de la ciudad. Otro monumento imprescindible es la iglesia arciprestal, construida entre 1752 y 1779, que también está declarada bien de interés cultural.

Ya en el ámbito festivo, Vila-real destaca por su Semana Santa -en este caso destacada fiesta de interés turístico- que históricamente se remonta al siglo XVI, cuando se constituyeron las primeras cofradías. En este sentido, una de las grandes apuestas del Ayuntamiento es el turismo religioso, dado el éxito de la muestra La Llum de les imatges, por lo que se está trabajando en el proyecto del museo de la Semana Santa.

Más allá de la arquitectura y el turismo religioso, ofrece también espectáculos de danza y teatro con gran reconocimiento en el sector. Es el caso del Festival Internacional de Danzas y del Festival Internacional de Teatre al Carrer, que recibieron en el 2007 el distintivo de fiestas de interés turístico y que cada mes de mayo hacen rendirse a los vila-realenses a la fantasía y el dramatismo.