Las obras de adecuación del entorno del gimnasio del colegio Carlos Sarthou, acometidas por el Ayuntamiento de Vila-real para instalar aulas prefabricadas en las que reubicar a los alumnos de Infantil --tras evacuar a los mismos de su anterior emplazamiento, como consecuencia del hundimiento de parte del techo de la antigua estación de la Panderola, junto al que se ubica el aulario ahora vacío-- han permitido recepcionar las obras del recinto deportivo de este colegio vila-realense, después de transcurridos 14 meses desde que finalizaran los trabajos del edificio.

Autoridades municipales y autonómicas, así como miembros del equipo directivo del centro escolar y de la comunidad educativa, participaron en el acto de recepción oficial de un gimnasio que pone fin a “una larga reivindicación por parte de alumnos, profesores y padres, que ahora se ve definitivamente cumplida”.

Y es que la Conselleria de Educación aprobó en octubre del 2009 la ejecución de esta instalación cubierta --de la que carecía el colegio Carlos Sarthou--, que no se licitó hasta mayo del 2010, con un presupuesto de 433.000 euros. La primera piedra de la reclamada infraestructura se colocó en noviembre del 2010, por lo que, en principio, el recinto debería haberse puesto en marcha con el inicio de este curso escolar.

Sin embargo, como explica a Mediterráneo la concejala del área, Rosario Royo, problemas entre la Conselleria y la empresa adjudicataria, al parecer por los impagos de la Administración autonómica, “paralizaron la adecuación del entorno y los accesos al gimnasio, por lo que no podía recepcionarse la obra, a pesar de que el espacio cubierto estaba totalmente finalizado”.

Ahora, con la inversión realizada con cargo a las arcas municipales para instalar las aulas prefabricadas para los alumnos de Infantil, “la zona ya está debidamente acondicionada y los niños podrán utilizar la nueva instalación con todas las garantías”, señala la edila, quien matiza que, sin embargo, “aún queda pendiente completar la cubrición del pasadizo que conecta el centro escolar con el gimnasio y que permitirá acceder a los mismos sin que los escolares se mojen en el caso de que llueva”.

Asimismo, Royo adelanta que se está estudiando la posibilidad de que la instalación “se abra también a los vecinos del barrio, en el horario en que no lo utilicen los alumnos”, lo que avala la apuesta del cuatripartito de “acercar las infraestructuras municipales a todos los ciudadanos”. H