El Ayuntamiento de Vila-real ha iniciado los trámites para reclamar al Gobierno central parte de la deuda --tres millones de euros-- que la Generalitat mantiene con la ciudad. En concreto, el equipo de gobierno cuatripartito se acoge al fondo abierto por el Estado para que los municipios con los que los ejecutivos autonómicos mantienen deudas en materia de servicios sociales, educación y cultura puedan solicitar que les salden las mismas directamente con dinero estatal que, después, se repercutirá al Consell.

Así lo ha señalado a Mediterráneo el alcalde de Vila-real, José Benlloch, quien indica que la iniciativa puesta en marcha por el Gobierno central, se realiza “a instancias de la Federación Española de Municipios y Provincias, desde donde se protestó porque los entes locales se han convertido en prestadores de dinero a las comunidades autónomas, ya que estos asumen gastos que no les corresponden y, para más inri, todavía no se les han pagado”.

EL TOTAL // De esta forma, y acogiéndose a la posibilidad que ahora se les ha brindado a los municipios, el Ayuntamiento de Vila-real ha solicitado el abono de los casi 2,1 millones de euros que la ciudad sigue sin cobrar de la Generalitat por la nueva Biblioteca Universitària i del Coneixement. Además, también se incluyen otros 100.000 euros por la deuda del Consell con el festival de cortometrajes Cineculpable y los cerca de 800.000 euros que la Administración autonómica adeuda a Vila-real en materia de Servicios Sociales, tanto generales como de mantenimiento de centros como el de menores o el de drogodependencias.

El alcalde Benlloch explica que la deuda por la biblioteca de Pius XII se reclama atendiendo a que el edificio es, en la actualidad, un espacio en el que operan diferentes instituciones e iniciativas, culturales y educativas, como la sede de la UJI en la Plana y de la Cátedra de Innovación Cerámica.

La infraestructura es fruto del convenio firmado por el entonces conseller de Educación y Cultura, Alejandro Font de Mora; y el exalcalde popular Juan José Rubert en el 2007, por el que el Consell asumía el pago de 2,4 de los 4 millones de inversión. El edificio se abrió al público sin libros, en abril del 2011, para exponer la copa del mundo de fútbol. H